Operación Candy, así se llama el despliegue de la policía nacional para detener al secuestrador de niñas que ya ha actuado en varias ocasiones en el distrito de Ciudad Lineal. Los investigadores trabajan para recopilar todos los datos posibles que permitan el arresto y en tres distritos los agentes patrullan con el objetivo puesto en zonas específicas. Además, todas las comisarías de la región están en alerta.
Unos 150 agentes buscan prioritariamente en los distritos de Ciudad Lineal, San Blas y Hortaleza al secuestrador y presunto agresor sexual de al menos dos niñas en Ciudad Lineal en los últimos meses, han confirmado a Europa Press fuentes de la investigación.
Además, según ha indicado a TVE el jefe superior de la Policía de Madrid, Alfonso José Fernández Díaz, el autor de los hechos es "una persona que actúa en serie" y de forma "intermitente". Ha confirmado dos casos consumados y uno intentado.
Los agentes que participan en la 'operación Candy' buscan a un hombre de mediana edad y nacionalidad española, pero sin rasgos físicos destacables, que secuestraría cada cierto tiempo a niñas menores de 10 años y las llevaría a su casa, donde supuestamente abusaría de ellas, y luego las bañaría para eliminar pruebas.
Las mismas fuentes han explicado que trabajan "intensamente" por capturar al presunto secuestrador con los detalles aportados por las niñas secuestradas y liberadas horas después. Se encarga de la investigación el Servicio de Atención a la Familia, que integra el Servicio de Atención a la Mujer (SAM) y el Grupo de Menores (GRUME).
LOS CASOS
El primer caso atribuible al secuestrador es el rapto de una niña de 9 años el pasado 9 de abril el parque de San Juan Bautista, que cinco horas apareció aturdida en una boca del Metro de Canillas.
El segundo secuestro se produjo el pasado martes. Una niña de 6 años y origen chino fue raptada por un hombre durante cuatro horas desde el comercio chino de sus padres, situado en la calle Luis Ruiz. Apareció en la calle Jazmín muy nerviosa y en estado de shock.
La Policía también investiga si fue realizado por la misma persona el rapto de otra niña de origen latinoamericano de 8 años el pasado mes de noviembre en el mismo distrito. Como en los hechos precedentes, apareció horas después aturdida.
Lo que sí descartan totalmente las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad es que el secuestrador que ahora buscan tenga algo que ver con el intento de rapto el pasado 28 de mayo de un niño también en el distrito, concretamente a la altura del número 578 de la calle Alcalá, tal y como han confirmado a testigos del lugar y la propia Jefatura Superior.
En este caso, un adolescente aprovechó que a una madre perdió momentáneamente la atención de un niño pequeño cuando pagaba en una tienda de fotos. Un chico de 17 años le cogió por los hombros y el pequeño empezó a patalear. Una camarera se dio cuenta de lo ocurrido y empezó a gritar. El raptor dejó al pequeño y huyó a la carrera. Poco después regresó a la zona y volvió a abandonar a la carrera al lugar, al ser reconocido por algunos vecinos.
Los hechos, con unas características y 'modus operandi' muy diferentes a los casos anteriores, fueron denunciados por la familia. Los agentes acudieron a la zona y visionaron las cámaras de seguridad del Metro, ya que había pasado por allí. Poco después dieron con el chaval, que fue detenido.
De momento no hay un rostro pero en ello trabajan en poner nombre y apellidos al secuestrador para así acabar deteniéndole.
DISPOSITIVOS PARA LA VIGILANCIA DE LOS PEQUEÑOS
El caso del pederasta de Ciudad Lineal ha vuelto a poner sobre la mesa los dispositivos que se utilizan a un niño perdido. Desde pulseras con GPS hasta cámaras de videovigilancia controladas a través del móvil de los padres... Incluso hay un modelo que simula un reloj para niños. Dentro esconde una tarjeta "sim "de teléfono y un localizador GPS. También un botón del pánico por si el niño quiere mandar un S.O.S. a sus padres.
Más sencillo aun otro dispositivo que aparentemente es . una pulsera con un velcro que incorpora un localizador a través del Iphone. Los padres reciben un aviso sonoro cuando el niño se aleja a más de 30 metros. En la calle, la preocupación es patente, pero todo el mundo coincide en este consejo fruto del sentido común. Lo más importante, para que no le pase nada a un niño, es no perderle nunca de vista.