Un policía nacional que ha declarado hoy como testigo en el juicio del Madrid Arena ha afirmado que no existía "ningún tipo de coordinación" entre su cuerpo y la Policía Municipal la noche de la tragedia en la que murieron cinco jóvenes. Durante su declaración en la Audiencia de Madrid que acoge el juicio desde el pasado mes de enero, el agente ha asegurado que no tenían instrucciones para coordinarse con otros cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.
El testigo ha relatado que su dispositivo estuvo en el exterior del recinto desde las once de la noche y que antes de que le comunicaran que se había producido una avalancha "el ambiente fuera era el normal de uno de estos eventos".
Una vez le informaron acerca de lo que estaba pasando, ha continuado el agente, se trasladaron al portón de cota cero, donde se encontraba el túnel en el que se produjo la avalancha mortal, y les pidieron colaborar canalizando la salida.
Después, este mismo policía ha afirmado que ordenó a un jefe de seguridad del evento -no ha sabido especificar quién- que, tras lo ocurrido, diera por finalizada la fiesta, pero éste se negó.
"Cuando le digo que tiene que dar por finalizado el evento me dice que quedan 9.000 personas en el interior y que si evacuamos se pueden dar males mayores", ha contado.
Versión que coincide con la aportada hoy por el jefe del dispositivo desplegado por la Policía Nacional quien, en un primer momento quiso desalojar el recinto pero, tras recibir un vídeo de un compañero en el que "se veía toda la pista llena de gente", dio la orden a Miguel Ángel Flores de abrir todas las puertas, subir las luces y bajar la música poco a poco.
Según el testigo, el promotor de la fiesta no le dio mucha información sobre lo que estaba ocurriendo esa noche y le comunicó que dentro del recinto se encontraban poco más de 9.000 personas, cifra mucho menor a la aportada por el fiscal en sus conclusiones provisionales, donde afirma que el interior del pabellón se congregó a un "mínimo" de 22.800 personas.