Quienes hayan pasado por la Plaza de Benavente este lunes por la mañana habrá reparado en que a los pies de la estatua de homenaje a los barrenderos de la capital había un montón de claveles blancos. Exactamente cien flores.
Este gesto ha corrido a cargo de un grupo de vecinos de Montecarmelo. Con el acto, aseguran, han querido significar que en su oposición al cantón no hay enfrentamiento contra los trabajadores del servicio de limpieza.
"Quieren enfrentarnos, pero nosotros solo tenemos buenas palabras para vosotros", afirman en un video colgado en una red social.
Un grupo de niños ha leído junto a la estatua una carta de agradecimiento a estos empleados