El equipo de Gobierno de Manuela Carmena destinará en total 5 millones de euros al proyecto de remodelación de la Gran Vía, que tendrá dos carriles por sentido, de los que uno se reservará a la circulación del transporte público y otro al paso de residentes y de carga y descarga.
El delegado de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, ha desglosado hoy en la comisión del ramo los planes del equipo de Gobierno para esta arteria, sin citar en ningún momento ni vincular su plan a la consulta ciudadana en la que los madrileños deben decidir si quieren ampliar las aceras, poner más pasos de cebra, qué hacer con las plazas aledañas a la arteria principal y cómo debe circular el transporte público.
José Manuel Calvo ha detallado hoy en la comisión que la Gran Vía se incluirá en el área de prioridad residencial (APR) del distrito centro y que en ella se mejorará el arbolado y se aumentarán los pasos peatonales, además de anunciar que "en paralelo" se va a lanzar un concurso para "mejorar todas las plazas del entorno de Gran Vía".
"Queremos hacer una Gran Vía a la altura del siglo XXI", ha dicho el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS), para lo que se reservarán 5 millones de euros para el proyecto global, de los que este año se presupuestarán 800.000.
Por parte del PP, el concejal José Luis Martínez-Almeida ha destacado la "cuestión ideológica" que se esconde tras la remodelación de la Gran Vía y ha pedido al equipo de Gobierno municipal que si quiere restringir el uso del vehículo privado busque y ofrezcan una "alternativa" para todas las personas que circulan a diario por la Gran Vía.
"Tendrán que fomentar medidas de movilidad realmente alternativas", ha pedido el edil popular, que ha afeado al concejal de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS) la convocatoria de una consulta que es "tendenciosa y sesgada" tal y como ha advertido el Colegio de Arquitectos de Madrid.
El Ayuntamiento de Madrid convocará a los madrileños a una consulta ciudadana en febrero sobre los "detalles" del cambio en movilidad que sufrirá la Gran Vía, aunque no preguntará sobre su cierre al tráfico debido a que el equipo de Manuela Carmena ya ha decidido restringir la circulación a los no residentes.
Por primera vez en la historia de la ciudad, el Consistorio cerró durante todas las fiestas navideñas el acceso al perímetro interior del centro, cerrando al tráfico privado las calles Gran Vía, Atocha y Mayor entre el 2 y el 11 de diciembre, el fin de semana del 16 al 18 y del 23 de diciembre al 8 de enero, es decir, 29 días en total.
Con esta medida, el Ayuntamiento quería "testar con la ciudadanía el nuevo concepto de Gran Vía que se está planificando" además de dar más espacio al peatón, aunque se ha encontrado con la oposición de asociaciones de comerciantes y de la oposición municipal por la improvisación con que se ha aplicado el cambio.
El Ayuntamiento de Madrid aspira a poner en marcha en 2018 una nueva área de prioridad residencial (APR) que conllevará restricciones de tráfico en buena parte del distrito Centro, para lo que dice estar dialogando con empresarios, vecinos y el resto de agentes implicados, y en la que estará incluida esta arteria.