Aunque el PP rechazó la toma en consideración de un nuevo gravamen a las energéticas y a la banca, esta formación no rechaza la tasa que pide la Unión Europea, que los populares diferencian de la que pretende establecer el Gobierno de Pedro Sánchez, que consideran inconstitucional.
Fuentes populares han subrayado que el PP no rechaza un gravamen y han recordado que la formación de Alberto Núñez Feijóo pidió retirar la proposición de ley de PSOE y Unidas Podemos con el objetivo de esperar al marco que fije la Unión Europea.
Así, no se oponen a la tasa que pida la Comisión Europea, pero sí al impuesto de Sánchez. Argumentan que no grava los beneficios sino la facturación, consideran que es inconstitucional y contrario al derecho comunitario y critican que no sea un gravamen finalista.
También ven en riesgo la seguridad jurídica y creen que con la actual redacción la medida puede ser declarada ilegal y el Estado condenado a devolver lo recaudado. Sin embargo, los populares no adelantan si están dispuestos a recurrir esta medida, que está en el inicio de su tramitación.
El PP sí ve con buenos ojos una tasa europea sobre beneficios que repercuta de forma directa en la factura de los hogares, pero no que lo recaudado vaya a la "caja" de Sánchez para que sea el Gobierno el que decida como gasta esos recursos.
Y reclaman que el Gobierno impulse un nuevo proyecto de ley, que cumpla las necesarias garantías y controles, para trasponer la tasa que pida la Unión Europea, sin anticipar si en ese caso sí votarían a favor de la iniciativa.
El principal partido de la oposición niega además las acusaciones de Sánchez, que en el Congreso ha sostenido que "el programa del Partido Popular es el programa de las grandes energéticas de este país". Acusan al Gobierno de populismo y están dispuestos a hacer pedagogía para mostrar a los españoles cuál es su propuesta energética.
Fuentes del Gobierno apuntan que la posición adoptada por el PP daña a los de Feijóo. Creen que Europa está en la misma dirección que el Ejecutivo y que los populares quedan así en una posición incómoda que tensiona y descoloca al partido ante la futura cita electoral.
A juicio del Ejecutivo ha quedado acreditado que el PP no tiene alternativa energética por la falta de consistencia de su propuesta, que consideran un corta y pega de la que ha hecho la Xunta de Galicia.