El rey Felipe ha presenciado un ejercicio de tiro realizado por la Armada en aguas al suroeste de El Hierro con misiles y bombas contra un buque ya dado de baja, en el que han participado el portaaeronaves Juan Carlos I, dos fragatas, aviones Harrier y helicópteros Seahawk.
Según ha informado el Ministerio de Defensa en un comunicado, el ejercicio "Sinkex-23" incluye lanzamientos de misiles Harpoon, Penguin y Maverick y bombas JDAM y MK-82 desde unidades de la Armada contra blancos de superficie, para un adiestramiento táctico en escenarios realistas.
Participan en estas maniobras el buque Juan Carlos I, las fragatas Méndez Núñez y Canarias, aviones AV-8B (cazas Harrier de despegue vertical) de la 9ª Escuadrilla y helicópteros SH-60F (Sikorsky Seahawk) de la 10ª Escuadrilla.
Colaboran, además, los buques de acción marítima Relámpago y Rayo, el patrullero de altura Centinela, el buque auxiliar Mar Caribe, un avión de media velocidad Cessna Citation de la 4ª Escuadrilla y un avión de vigilancia marítima D-4 del Ejército del Aire.
La Armada asegura que en estas prácticas de tiro "se está teniendo en cuenta el convenio MARPOL en cuanto a contaminación y se están extremando las medidas encaminadas a respetar la biodiversidad de la zona orientadas a reducir el impacto medioambiental de las transmisiones sónar y otros emisores acústicos".
El blanco principal ha sido el buque de transporte ya dado de baja Martín Posadillo (A-04), un barco de 2.300 toneladas y 75 metros de eslora que ha sido remolcado a Canarias desde Cartagena.
También se han usado como blancos de superficie dos lanchas de instrucción Alfa Indias teledirigidas, unas barcazas de 90 toneladas que tienen una eslora de casi 22 metros. Las dos lanchas de instrucción fueron trasladadas a Rota desde Ferrol a bordo del buque Castilla y desde Rota a Canarias por el Juan Carlos I.
Igualmente se han empleado blancos de superficie teledirigidos Spayk, para lanzar contra ellos misiles Maverick, y un blanco de superficie experimental geoestacionario, desarrollado como resultado de una colaboración entre el Real Observatorio de la Armada y la Universidad de Cádiz.
Por último, se han lanzado al mar un blanco hinchable denominado "Killer Tomato", contra el que probarán bombas de caída libre.
La Armada prevé terminar este ejercicio este viernes por la tarde. Sus unidades comprobarán que los buques blancos han sido efectivamente hundidos; si no fuera así, se detonarían explosivos colocados en su casco para que no representen un peligro para la navegación.