El exvicepresidente del Gobierno y exvicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, ha desvelado este martes que no ha sido invitado al acto que el partido celebrará el sábado en Sevilla para conmemorar el 40 aniversario de la victoria por mayoría absoluta en las elecciones generales del 28 de octubre 1982.
Así lo ha manifestado, en declaraciones a Canal Sur Radio recogidas por Europa Press, donde ha añadido que no tiene "ni idea" del motivo por el que no ha sido invitado. "Yo no miento ni ahora ni antes ni nunca", ha agregado Guerra, quien ha apuntado, tras ser preguntado sobre si lo ve como una ofensa, que las "ofensas no dependen del que las haga, sino del que las recibe": "Y yo no recibo ninguna ofensa".
"¿Que yo no estaba hace 40 años?, estupendo, habría otros", ha expresado Alfonso Guerra con tono irónico y ha asegurado que no le coge "por sorpresa" el hecho de que no haya sido invitado.
Tras apuntar que el "tiempo vuela", Guerra ha manifestado que el resultado de esas elecciones fue la confirmación de algo que se estaba labrando y no fue el triunfo de un partido "sino de la democracia".
"Fue la fiesta de la libertad y la democracia", según Guerra, quien ha apuntado que los ciudadanos vieron que el PSOE "ofrecía una posibilidad" y todos los que estaban conspirando contra la democracia, pararon cuando se produjo ese resultado electoral tan contundente.
Ha destacado como una de las medidas más importantes de ese gobierno del PSOE la jornada laboral de 40 horas fue o la legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo, mientras que se trataba de un ejecutivo sin influencia de la Iglesia y que también estableció los criterios básicos de la defensa militar.
"Aquella fue, en letras muy grandes, una gran aventura", según ha señalado Alfonso Guerra, para quien la vida política de entonces no tiene nada que ver con la de ahora: "Hoy se ha convertido en un territorio hostil. Ahora no se va con alegría, sino con un poco de perspicacia; no hay alegría ni capacidad de invención".
Ha manifestado además que lo que antes eran adversarios, hoy son "enemigos" y ha señalado que hoy está mucho más convencido de las posiciones de la izquierda, sobre todo, cuando ve esa presunta izquierda que bebe en "las fuentes de lo que en los años 30 llevó a Europa al precipicio".
Preguntado sobre si cree que el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, es más de izquierda que él, se ha limitado a apuntar que no le interesa el tema.
En su opinión, el PSOE actual debería aprender todo del PSOE de hace 40 años a la vista de la mayoría tan amplia que logró.