Máximo "esfuerzo" e "implicación" y "cero" caer en la confianza o el conformismo pese a que las encuestas le dan opciones de mantener la mayoría absoluta en manos populares. Es la "exigencia" que el líder del PP gallego, Alfonso Rueda, ha hecho a los suyos este domingo, en un mitin en el que ha lanzado un doble mensaje: que "no hay nada ganado y se puede perder todo", y la apelación a evitar que Galicia sea "un trofeo en La Moncloa y una sucursal de serie B del independentismo" .
Con alguna mascarilla puntual en el evento, y tras una bienvenida a cuatro voces en representación de todas las provincias y perfiles (Borja Verea, Nicole Grueira, Marta Nóvoa y José López Campos), Rueda ha tenido su 'puesta de largo' y ha quedado, entre aplausos de unos 1.500 militantes y simpatizantes, formalmente proclamado candidato a la Xunta.
Lo es por primera vez, tras la sucesión de Alberto Núñez Feijóo, y lograr al menos 38 escaños el 18 de febrero le permitiría sumar la quinta mayoría absoluta para el PPdeG desde el año 2009 --la "primera" propia--. La encuesta de Sondaxe que publica 'La Voz de Galicia' este domingo le da opciones y le otorga 39 actas, tres menos que en 2020, que irían a parar ahora a BNG, PSdeG y Sumar.
En esta coyuntura, Rueda ha protagonizado un acto muy centrado en los cuadros gallegos --participaron los principales dirigentes y todos los conselleiros-- y con el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, como representante de la dirección estatal. En todo caso, Rueda, quien ha tenido palabras de recuerdo también para Gerardo Fernández Albor y Manuel Fraga, ha evitado equívocos: Feijóo "suma" y estará "muy presente" en la campaña gallega.
De hecho, además de prometer una "campaña digna", Rueda se ha centrado en apelar a la movilización ante el 'sprint' final previo a las urnas, pero también ha introducido mensajes en clave nacional, lo que ratifica el peso que la política estatal tendrá en el último tramo de la carrera hacia las urnas del próximo 18 de febrero.
Por ejemplo, frente a quienes dijeron que "nunca" aprobarían una ley de amnistía y la han sacado "antes que la de presupuestos", ha reivindicado la "política de la confianza". Todo ello, en una intervención en la que también ha cargado contra el BNG y ha defendido una Galicia "con personalidad propia" y "abierta" frente "al nacionalismo enfurruñado".