El ex primer ministro de Francia Manuel Valls ha defendido hoy la necesidad de mantener una cooperación antiterrorista entre Francia y España que, según ha dicho, "tiene que ir hasta el fin, hasta la derrota de la banda terrorista".
Valls ha hecho esta reflexión durante el discurso que ha pronunciado en San Sebastián tras recibir el premio Gregorio Ordóñez 2017 de manos de Ana Iríbar, viuda del concejal donostiarra del PP asesinado por ETA en 1995 y presidenta de la fundación que lleva el nombre de su marido, en un acto celebrado en un céntrico hotel de la capital guipuzcoana.
El evento ha contado con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido; la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, el expresidente del Gobierno José María Aznar y su esposa y exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el exministro popular Jaime Mayor Oreja.
El vicesecretario sectorial del PP, Javier Maroto, y el secretario general del Partido Popular en el País Vasco, Alfonso Alonso, han sido otros de los participantes en el evento, al que también han asistido el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, la secretaria general del PSE/EE, Idoia Mendia, y el presidente de Vox, Santiago Abascal, entre otras personalidades.
Durante su intervención, Manuel Valls ha defendido la cooperación "ejemplar" a nivel judicial, político y policial entre Francia y España y en la que, según ha dicho, no se puede producir ningún cambio porque el fin de ETA no debe ser sólo policial y judicial, sino que "debe ser una derrota política y cultural".
"Los criminales de ETA tienen que reconocer que se han equivocado y pedir perdón a la sociedad española, no hay otra solución", ha insistido Valls.
El político francés, ha recalcado además que la reconciliación no debe producirse en España entre una democracia y una organización terrorista de una forma en la que se pueda "ir olvidando lo pasado" con alguna "forma de rehabilitación política" posterior.
Ha aclarado en este sentido que "el terrorismo no es una guerra civil", sino una lucha contra "nuestros valores y nuestra civilización".
Ha recordado, a este respecto, que matar a políticos, profesores e intelectuales, entre otras personas que representan a una sociedad, constituye "un mensaje clarísimo" de intentar "derrumbar valores, la democracia y la civilización a la que representamos".
Poco antes le ha precedido en el uso de la palabra Ana Iríbar, quien ha asegurado que "va siendo hora de poner en su sitio a los nacionalismos, muy especialmente en Euskadi, donde el relato de lo sucedido durante cincuenta años de dictadura terrorista se pervierte en favor de los asesinos y los cómplices".
"Hoy, la reivindicación de libertad debe ser más exigente que nunca. Muy especialmente en Cataluña, pero también en el País Vasco. Allí donde el nacionalismo consentido y mimado de este país utiliza las instituciones del Estado para reivindicar su fantasía y poner la casa patas arriba", ha sentenciado.
Iríbar ha afirmado que "la tribu nacionalista catalana ha pervertido la esencia de la reivindicación de libertad y la ha convertido en una triste farsa, un motín de bucaneros; una nueva horda insolidaria cuyo símbolo de valentía y de identidad es el lazo amarillo de la ruptura, del delito, del desafecto y de la sedición".
"La palabra libertad en sus bocas tiene el mismo efecto que la palabra paz en boca de Arnaldo Otegi", ha añadido Iríbar, para quien "el nacionalismo catalán sólo está siendo capaz de atraerse y alimentar a la parte más insolidaria de su comunidad".
Ha recordado que en estos momentos "toda Europa mira a España" en un instante en el que, según ha sostenido, "la tensión nacionalista debe enfrentarse con tensión democrática". "No es la hora de los partidos. Es la hora del esfuerzo colectivo con un fin común: el Estado de Derecho", ha remarcado.
La viuda de Gregorio Ordóñez ha recordado asimismo a las víctimas y a todos los "colectivos humanos" que sufrieron "el destrozo de ETA", bajo "la fría e impasible mirada de las instituciones vascas gobernadas por el PNV", al tiempo que ha rechazado "el final ordenado" del terrorismo "que promulga el Plan de Convivencia del Gobierno Vasco" del que ha rechazado "la reconciliación inmoral que promocionan las instituciones vascas".
Por su parte, el filósofo Fernando Savater, quien también ha intervenido en el acto, ha afirmado que las víctimas no tienen que reconciliarse con los terroristas, sino que "son ellos los que deben reconciliarse con las leyes y con el Estado de Derecho". "Hace falta una cirugía democrática para acabar con el cáncer del terrorismo", ha concluido.