"Cásate, ten bebés: Esa es la verdadera revolución"... Tradewives, las mujeres que piden la vuelta al hogar y la sumisión al marido

‘Todas las mujeres necesitan y desean ser guiadas sin importar si quieren admitirlo’, ‘no hay nada mejor que hornear en un hogar limpio y tranquilo’, ‘sé la más grande admiradora de tu marido’. ‘The Tradewives Club’ (El Club de las Esposas Tradicionales) se define como una comunidad “para amas de casa modernas con mentalidad tradicional”.

El fenómeno de las ‘tradewives’ se gestó en Estados Unidos durante años y cobró relevancia al terminar la segunda década del siglo XXI. Las redes sociales hicieron su trabajo y se convirtió en una subcultura de internet. En 2020 ya había adquirido popularidad.

Son mujeres muy jóvenes que parecen ir contracorriente. Contra todo pronóstico, defienden el modo de vida de las tradicionales amas de casa de los años 50 (incluso imitan su ‘estética’) y asumen una vida dedicada por entero a las labores del hogar, marido e hijos. Son esposas, madres y amas de casa, por encima de cualquier otra cosa. Y quieren serlo de manera perfecta, vestidas, peinadas y maquilladas de manera impecable en todo momento para estar siempre hermosas. Todo para que el marido esté feliz y orgulloso.

“¿Qué ha hecho el feminismo por las mujeres tradicionales? Absolutamente nada”

“¿Qué ha hecho el feminismo por las mujeres tradicionales? Absolutamente nada”, “cásate, ten bebés, esa es la verdadera revolución”. Todo en los mensajes que publican en las redes sociales ‘The Tradewives Club’ remite a una vida color de rosa donde todo es perfección y felicidad. Una perfección y una felicidad que están, dicen, en una vida sometida al hombre.

El libro de cabecera de las ‘Tradewives’ es ‘Fascinating Womanhood’ (‘Feminidad fascinante’) escrito en los años 60 por Helen Andelin. Un libro, del que se han vendido más de 2 millones de copias y cuya premisa principal es ayudar a las mujeres a hacer de sus matrimonios “una historia de amor para toda la vida”.

También ocupa un lugar destacado entre sus lecturas, ‘The Surrendered Wife’ (‘La esposa entregada’) de Laura Doyle, que aboga porque las mujeres renuncien a lo que la autora considera control inadecuado sobre sus maridos y defiende el abuso verbal hacia la mujer como legítimo; o ‘Cómo cuidar y tener contento a al esposo’, de Laura C. Schessinger.

‘Red Pills Woman’

La investigadora y escritora austriaca Julia Ebner, realizó incursiones encubiertas en diferentes grupos extremistas y recopiló sus experiencias en el libro ‘La vida secreta de los extremistas’ (2020).

Uno de esos grupos fue ‘Red Pill Women’, comunidad antifeminista alojada en Reddit donde las ‘tradewives’ se encuentran y comparten comentarios como “he aprendido a seguir a mi marido y a someterme en lugar de pedir y discutir (...) es precioso, de verdad”. Su mantra es “olvídate de tu carrera y concéntrate en las cosas que los hombres buscan de las mujeres”. Para ellas, éste es el secreto de la felicidad.

“He aprendido a seguir a mi marido y a someterme en lugar de pedir y discutir (...) es precioso, de verdad”

El objetivo del foro, cuenta Ebner, es “aprender a satisfacer a los hombres”. En su ideario ocupa un lugar destacado lo que denominan método STFU (literalmente en inglés ‘calla la puta boca’) porque los “hombres prefieren a las mujeres que no hablan demasiado”.

Todo en el grupo está enfocado a someterse al hombre y obedecerlo. Para las ‘Red Pill Women’ lo más valioso es su número personal en la escala VMS.

¿Qué es el número VMS? Una medida del deseo que las mujeres despiertan en los hombres y la escala por la que las ‘Red Pill Women’ se valoran. “La salud, la edad y la feminidad son las cualidades más importantes para atraer a los hombres; la educación, la carrera o el lugar de trabajo no influyen en el VMS de una mujer”.

“Todo lo que te han enseñado se basa en una mentira. La mentira de que puedes tenerlo todo: autorrealización y una vida feliz”. Acusan a la sociedad de haber demonizado al hombre blanco, echan la culpa al feminismo de “lavar el cerebro de las mujeres” y a los medios de comunicación de convertir todas las relaciones “en la historia de un hombre cruel y una mujer aterrorizada”.

Según Ebner, el perfil es el de una mujer entre 17 y 30 años, procedente de todos los niveles sociales y estatus económicos. Los Millennials “están cada vez más hartos de la cultura de citas relámpago de la era tecnosexual”, explica la investigadora, y buscan volver a una era en la que “quizá todo era más fácil”, una era en la que “los roles de género estaban más definidos”. Buscan “tomar la pastilla roja” y devolver a hombres y mujeres a sus raíces.

Lo que diferencia a las ‘Red Pill Woman’ de otras comunidades radicales es que “el odio no está dirigido a los otros, sino a una misma”

Para los que no recuerden ‘Matrix’, la película que da origen al término, ‘la pastilla roja’ simboliza ‘despertar’ a la realidad aunque no sea bonita y te lleve a un futuro incierto, asumir la verdad y los problemas que conlleve. ‘La pastilla azul’, por el contrario, supone seguir viviendo en una ignorancia feliz y cómoda, cerrar los ojos y vivir en la negación.

Ebner encontró entre las ‘Red Pill Woman’ mujeres que llevan el ideario al extremo, hasta el punto de que algunas sufren, e incluso justifican, abusos verbales y físicos por parte de sus maridos.

Según Julia Ebner, lo que diferencia a las ‘Red Pill Woman’ de otras comunidades radicales es que “el odio no está dirigido a los otros, sino a una misma”.

Ballerina Farm

Hannah Neeleman dejó sus estudios en Juilliard para casarse. Es la mejor escuela de danza de Estados Unidos y una de las más prestigiosas del mundo. Es también la que tiene la tasa de admisión más baja de todo el país. Entrar en Juilliard es el sueño de cualquiera que quiera dedicarse a la danza.

Hannah abandonó sus sueños y se casó con Daniel Neelman, hijo del millonario fundador de la aerolínea estadounidense low cost JetBlue. Pero su vida no es la que podría esperarse de la mujer de un millonario.

Se la conoce en redes sociales como Ballerina Farm. Tiene casi 10 millones de seguidores en Instagram y otros tantos en TikTok. Desde 2021 comparte vídeos donde muestra cómo es su vida en su granja de Utah. Una vida que se rige por los valores más tradicionales de la comunidad mormona a la que pertenece, entregada por completo a su marido y sus ocho hijos.

En sus vídeos aparece cocinando complicados platos de cocina. Lo prepara todo desde cero, incluido el cucurucho de los helados (también caseros). Siempre con un niño en brazos es capaz de preparar una complicado plato de fríjoles negros germinados, una tarta de espárragos, sirope de lilas, hornear el pan o de ordeñar las vacas. Tiene una empleada doméstica pero ella se encarga de los niños, de hacer la compra, la comida y las tareas de la granja. No es, ni mucho menos, lo que a priori podría considerarse la vida idílica de una millonaria.

Todos los hijos de Hannah, menos uno, han nacido en casa y sólo se le administró la epidural en una ocasión porque su marido no estaba presenta

En una reciente y polémica entrevista en The Times, Hannah confesó que todos sus hijos, menos uno, han nacido en casa y que sólo en una ocasión le fue suministrada la epidural y fue únicamente porque su marido no estaba presente. También confesó que a veces está tan agotada que pasa varios días sin moverse de la cama. Nunca toma analgésicos.

RoRo, la ‘tradewive’ española

“Hoy Pablo quería que ganáramos la Eurocopa así que invité a sus amigos a ver el partido y decidí hacer un picoteo español para apoyar a la selección”. El picoteo consiste en unas croquetas de jamón y cocido, migas con chorizo y morcilla choricera, calamares rebozados con harina de garbanzo y tortilla de patatas con sobrasada ibérica y miel. Para postre unos filipinos blancos con chocolate. Todo es casero. Todo lo ha hecho la novia de Pablo partiendo de cero.

El final del vídeo es la imagen del novio y sus amigos jaleando a la selección española enfrente de un televisor mientras degustan esos placeres culinarios tan primorosamente preparados. Una imagen que, seguramente, levanta ampollas a cualquier feminista que se asome por el perfil en TikTok de Rocío López Bueno.

Es una de las tiktokers del momento y la más conocida de las tradewives españolas. Tiene 22 años y toda su vida gira en torno a los deseos de Pablo. O eso dice en TikTok.

En sus vídeos siempre aparece preparando complicadísimos platos cuyo resultado haría palidecer de envidia a cualquier restaurante con una estrella Michelin. De esos que requieren meterse en faena horas y horas y te queda un emplatado que te planteas no comerlo por no estropearlo. Eso sí, jamás la verás con una mancha de harina que no sea estética. O despeinada. Ella siempre está impecable y atiende la cocina tan bien maquillada y perfecta como si en cualquier momento tuviera que soltar las cacerolas y la espumadera y salir corriendo a una boda.

No te explica cómo se hacen esos suculentos platos. No te da la receta. Únicamente te dice, con una voz deliberadamente aniñada y una expresión exageradamente inocente, que a Pablo le apetecía comer tal o cual plato y que, por tanto, ella se lo hace sin importar ni tiempo ni esfuerzo. Todo por y para su hombre.

No sólo son alimentos lo que sale de las habilidosas manos de RoRo. Lo mismo te prepara un pollo frito estilo coreano o unas galletas caseras que luego tritura para hacer otro plato aún más laborioso, que un champú supernutritivo o un colorete casero para alegrar su mejillas, hecho a base de pétalos de rosa.

Apenas lleva un año en TikTok y se ha hecho famosa con, a fecha de hoy, menos de cuarenta vídeos. Comenzó en la red social, como muchas otras, con vídeos de su rutina de entrenamiento. Pero la fama llegó cuando dió un giro a sus cuentas y adoptó el estilo ‘tradewive’.

Cierto es que en España el fenómeno de las ’tradewives’ se toma de manera diferente. Por lo menos de momento. No hay más que comparar los comentarios en los vídeos de Ballerina Farm con los de RoRo. En el perfil de la estadounidense se pueden leer muchos halagos hacia esa forma de vida. También críticas que cuestionan abiertamente si esa aparente felicidad esconde en realidad un comportamiento tóxico y Hannah es una víctima.

En los vídeos de RoRo, los comentarios hacen pensar que, para la mayoría de sus seguidores, ella y Pablo, se han convertido en un meme. Son comentarios que van desde el “Pablo siempre tiene hambre, a mi casa que no venga” a “verás el día que lo dejen y Pablo tenga que ir al Mercadona”, pasando por los que le piden por favor “si puedes hacer un video eliminando un cálculo renal con laparoscopia, no recuerdo cómo comenzar, gracias” o sobre cómo “cambiar el termostato y las bujías de un motor 4 cilindros de un Toyota Corolla 2005”.

“¿Por qué resulta ofensivo para algunos un comportamiento tan bonito e inocente?”

Y también hay quien pide “más mujeres como RoRo”, la definen como “el sueño de cualquier hombre” o se preguntan “¿Por qué resulta ofensivo para algunos un comportamiento tan bonito e inocente?”. En todo caso, entre unos y otros, sus seguidores aumentan por miles de día en día y pasan ya de los cinco millones.

De RoRo dicen que es la Nara Smith española y parece que la española encontró inspiración en esta influencer.

Nara Smith fue una de las primeras en llevar a las redes sociales el fenómeno ‘tradewive’. Mostró a otras el camino. En sus vídeos aparece siempre perfecta e impecable, cocinando increíbles platos para su familia. Y hasta coca-cola casera si llega el caso.

Tiene más de 9 millones de seguidores en TikTok. Sus vídeos acumulan millones y millones de visitas. Sólo el de la coca-cola casera acumula ya casi 40 millones.

Más allá de un perfil en TikTok

Ballerina Farm, Nara Smith, RoRo, el fenómeno de las ‘tradewives’ está creando nuevas ‘influencers’. Aparte de la rentabilidad que extraigan de su popularidad y aunque quizá algunas no lo pretendan, el fenómeno va más allá de un perfil en redes sociales como vía para obtener ingresos’. Es todo un movimiento, en muchos casos asociado al ideario de grupos radicales que propugnan un papel más sumiso de la mujer frente al hombre. Un ideario que vende la forma de vida de nuestras abuelas, o bisabuelas, como la única que puede conducir a la mujer a la felicidad.

En la gestación del fenómeno late el desencanto ante una sociedad que acumula crisis tras crisis y que, lejos de ver el futuro de bienestar que todo indicaba iba a llegar, lo que ha visto es un aumento de la precariedad, la injusticia y las desigualdades. El futuro no ha sido como prometían y muchos miran hacia estos grupos radicales en busca de los valores perdidos. Algo que, explica Julia Ebner, estos grupos saben utilizar muy bien. “Cualquier persona puede ser utilizada en momentos de debilidad, la única defensa eficaz es la información”.