La hija adoptiva de Woody Allen y Mia Farrow, Dylan Farrow, ha vuelto a reafirmarse en sus acusaciones contra el director neoyorquino por haber abusado sexualmente de ella. Dylan Farrow reiteró hoy en una entrevista televisiva que su padre, Woody Allen, abusó sexualmente de ella cuando tenía siete años y el cineasta respondió con una breve declaración en la que asegura está usando "cínicamente" la situación actual para repetir una "acusación desacreditada".
"Nunca abusé sexualmente de mi hija, como ya concluyeron todas las investigaciones que se realizaron hace 25 años", afirma Allen, que asegura que la familia Farrow se está aprovechando de la oportunidad creada por el movimiento "Time's Up" para volver a sacar a la luz la acusación. Pero añade, en un breve comunicado enviado a los medios, "eso no lo hace más cierto hoy de lo que lo era en el pasado".
En 1992 su entonces pareja, Mia Farrow, alegó durante su proceso de separación que Allen había abusado de Dylan, a la que habían adoptado juntos.
Estas acusaciones fueron investigadas "a fondo por la Clínica de Abuso Sexual Infantil del Hospital Yale-New Haven y el Centro de Bienestar Infantil del Estado de Nueva York", recuerda el realizador.
Ambas instituciones "concluyeron de forma independiente que no se había producido ningún abuso sexual. En su lugar, descubrieron que probablemente una niña vulnerable había sido aleccionada por su enojada madre para contar esa historia durante una ruptura polémica", algo de lo que fue testigo Moses, hermano mayor de Dylan, según asegura Allen.
Intentaba "convencerla de que su padre era un peligroso depredador sexual", relata el cineasta. Y, "por desgracia, estoy seguro de que Dylan cree de verdad lo que dice".
La joven, que ahora tiene 32 años, está casada y tiene una hija de 16 meses, se mostró hoy firme a la vez que emocionada en la entrevista emitida por el programa "CBS This morning". "Quiero mostrar mi rostro y contar mi historia", dijo hoy Dylan, que detalló cómo su padre la llevó a una buhardilla en la casa de campo de su madre en Connecticut, le pidió que se tumbara sobre su estómago y jugara con un tren de juguete de su hermano.
"Él se sentó detrás de mí, en la entrada, y cuando estaba jugando con el tren abusó sexualmente de mí... Como la niña de siete años que era, hubiera dicho que tocó mis partes privadas y eso fue lo que dije", explicó.
"Ahora, con 32 años, diría que tocó mis labios vaginales y mi vulva con sus dedos", agregó Dylan, que explicó que aquel día su madre había salido de compras y que cuando se lo dijo estaba tan disgustada que ella creía haber hecho algo mal.
Se sintió avergonzada y cuando su madre la llevó al pediatra, no reconoció los hechos en un primero momento, aunque sí lo hizo posteriormente.
Sobre si fue aleccionada por su madre para cambiar la historia, Dylan respondió: "No entiendo por qué esa absurda historia de que me lavaron el cerebro y aleccionaron es más creíble que lo que estoy diciendo, que sufrí abusos por parte de mi padre".
Durante todos estos años, Mia Farrow únicamente la ha alentado "a decir la verdad", aseguró Dylan, que no pudo contener las lágrimas al visionar una antigua entrevista de Woody Allen en la que negaba los hechos vehementemente.
"Está mintiendo y ha estado mintiendo durante mucho tiempo. Es difícil para mí verle y escuchar su voz", agregó.
Además, la joven asegura que el incidente de la buhardilla no fue la única vez en que el comportamiento de Allen fue inapropiado. Contó que la seguía, la tocaba sin parar e incluso la pedía que se metiera en la cama con él mientras solo llevaba puestos los calzoncillos.
Una actitud, asegura, que no tenía con otros de sus hijos, como Ronan, el único biológico de Allen y Farrow y que siempre ha apoyado a su hermana en sus denuncias.
Unas alegaciones que fueron archivadas después de el fiscal de Connecticut cuestionara la credibilidad del informe del Hospital Yale-New Haven pero también dijera que la fragilidad de Dylan hacía imposible confrontarla cara a cara con Allen en un juicio.
Las acusaciones de la joven han recibido el respaldo de actrices como Natalie Portman o Reese Whiterspoon, que aseguran creer a Dylan y que son parte del movimiento "Time's Up" contra el silencio en los casos de acoso sexual.
"Con tanto silencio roto por tantas personas valientes que se han atacado a gente de alto nivel, sentí que era importante añadir mi historia porque es algo con lo que he luchado durante mucho tiempo", añadió.