Sigue la ola de calor en media Europa, sobre todo en el sur, que rompe algunos registros históricos de temperaturas durante el día, como los 47 grados que se esperan en las islas italianas de Sicilia y Cerdeña, y noches tórridas, una anómala situación que preocupa en países no habituados a soportar estas inclemencias.
Alcanzarán los 40 grados también en zonas interiores de la fachada mediterránea francesa, así como en Córcega, por la ola de calor que va a persistir varios días en esa isla y en la Provenza. Ésa es la previsión del servicio meteorológico francés, que ha declarado la alerta amarilla por calor este martes en la mitad del país, esencialmente en el sur y en el este y, sobre todo, la alerta naranja en siete departamentos en el Mediterráneo.
Grecia también es otro de los grandes afectados por esta ola de calor y vive desde hace varios días una gran canícula que llevó a los termómetros a marcar más de 44 grados en algunos lugares del centro del país el fin de semana.
Aunque las temperaturas se han moderado un poco desde el domingo, en la mayor parte del país habrá fuertes vientos hasta el jueves, por lo que el riesgo de incendio es alto en muchas regiones, alertaron las autoridades.
En Bulgaria tampoco se quedan al margen y sufrirán un calor sofocante esta semana, según los meteorólogos, cuyas predicciones apuntan a más de 40 grados en las ciudades de Russe, en el Danubio, y Sandanski, cercana a la frontera con Grecia.
Y ante la persistente sequía y el calor que se vive en Viena, las autoridades municipales han prohibido hasta nuevo aviso todas las barbacoas al aire libre en lugares públicos, así como fumar o encender hogueras en los bosques que rodean a la ciudad.
Bosnia-Herzegovina y Croacia también están atravesando estos días la cúspide de la ola de calor, con temperaturas de entre 34 y 40 grados, que los medios locales definen como "extremadas", y la turística región del puerto adriático de Split ha emitido avisos de alerta roja meteorológica debido al calor.