La NASA estima que existen mercados potenciales de vuelos hipersónicos de pasajeros en alrededor de 50 rutas.
Dado que EE.UU. y otras naciones prohíben vuelos supersónicos sobre tierra, los hallazgos abarcaron los viajes transoceánicos, incluidas rutas de gran volumen del Atlántico Norte y el Pacífico.
Volar de Nueva York a Londres hasta cuatro veces más rápido de lo que es posible actualmente puede parecer un sueño lejano, pero la NASA está explorando si el mercado comercial podría soportar viajes a tales velocidades.
Eso significaría que el vuelo transatlántico duraría en torno a las 2 horas en lugar de las 8 habituales del trayecto.
La NASA investigó el caso comercial de los viajes aéreos supersónicos de pasajeros a bordo de aviones que teóricamente podrían viajar entre Mach 2 y Mach 4, es decir entre 2.470 y 4.900 kilómetros por hora al nivel del mar.
En comparación, los aviones de pasajeros más grandes de hoy vuelan a aproximadamente 965 kilómetros por hora, o alrededor del 80% de la velocidad del sonido.
LA HOJA DE RUTA DE LOS VUELOS SUPERSÓNICOS
La misión Questt de la NASA, con su silencioso avión supersónico X-59, tiene como objetivo proporcionar datos a los reguladores que ayudarían a cambiar las reglas de los vuelos supersónicos terrestres.
El Programa de Vehículos Aéreos Avanzados (AAVP) de la NASA ahora está pasando a la siguiente fase de investigación sobre viajes de alta velocidad, que incluye la emisión de dos contratos de 12 meses a empresas para desarrollar diseños conceptuales y hojas de ruta tecnológicas.
Las hojas de ruta explorarán las posibilidades de viajes aéreos, describirán los riesgos y desafíos e identificarán las tecnologías necesarias para hacer realidad los viajes a velocidades Mach 2+.
Boeing lidera el primer equipo, con los socios Exosonic, GE Aerospace, Georgia Tech Aerospace Systems Design Laboratory, Rolls-Royce North American Technologies y otros.
Northrop Grumman Aeronautics Systems lidera el segundo equipo, con los socios Blue Ridge Research and Consulting, Boom Supersonic y Rolls-Royce North American Technologies.
Cada equipo desarrollará elementos de la hoja de ruta que incluyan estructura del avión, potencia, propulsión, gestión térmica y materiales compuestos que puedan resistir altas velocidades supersónicas.
También crearán diseños no propietarios para vehículos conceptuales.
Una vez que se complete la fase de participación de la industria, la NASA y sus socios industriales y académicos decidirán si continúan la investigación con sus propias inversiones.