Con 36 años, Sanna Marin es joven, una política 'millenial' y primera ministra de Finlandia. La reciente filtración de un vídeo en el que aparece de fiesta, cantando y bailando con su grupo de amigos en una fiesta privada, ha desatado la polémica.
Por un lado, se han levantado las voces indignadas tras ver a la primera Ministra de fiesta. Alegan que, a causa de algunos comentarios que se escuchan en el vídeo, se podría pensar la ministra consumió cocaína, pero Marin declaró con contundencia y seguridad que durante esa reunión entre amigos solo había consumido alcohol, y procedió a someterse a un test de drogas cuyos resultados se sabrán la semana que viene.
Por otro, mujeres del todo el mundo no han dudado en tildar esta polémica de machista y se han lanzado en apoyo de Marin en redes sociales. Y lo han hecho a golpe de cadera, grabándose mientras bailan y cantan. "Sí, las mujeres podemos hacer ambas cosas, bailar en una fiesta y liderar un país. A por ello, Sanna" se puede leer en uno de los tuits reunidos bajo el hashtag #SolidaridadconSanna o, en inglés, #SolidaritywithSanna.
Todos estos vídeos privados en los que las mujeres finlandesas aparecen de fiesta y bailando en apoyo a su primera ministra se han recopilado en una sola grabación que supera ya los 2,1 millones de reproducciones.
El fenómeno viral ha sobrepasado las fronteras de Finlandia, pues mujeres del resto del mundo también han mostrado su apoyo con sus pasos de baile en redes sociales. "Lo he filtrado yo misma", comenta con sorna una tuitera al publicar un vídeo bailando con sus amigos.
"Si que suelte energía en una fiesta es lo peor que puede hacer vuestra primera ministra, sois un país muy afortunado" se lee en otro tuit de la política australiana Fiona Patten:
Los hay que se toman la polémica con humor y recuerdan el famoso baile de 'Love, Actually' con Hugh Grant como primer ministro de Gran Bretaña, según el tuit el único dignatario que puede seguirle el ritmo a Marin.
"Bailemos las unas por las otras" se puede leer en otro tuit reunido bajo el hashtag #SolidaritywithSanna
En el hashtag los tuiteros reivindican que el foco no debería estar en si la primera ministra finlandesa sale de fiesta con sus amigos o si se graba bailando y divirtiéndose. La atención, señalan, debería estar en que compartir sin su permiso imágenes privadas de alguien es ilegal.