Me voy al pueblo: El verano llena la España despoblada

  • Son muchos los pueblos que ven triplicada su población en los meses de verano: Carabias, Barbolla, Gascones, Sigüenza o Canencia
  • Hemos hablado con vecinos de municipios de la `Laponia española' para conocer su opinión sobre el contraste poblacional de esta época del año
Municipio de Barbolla, provincia de Segovia
Municipio de Barbolla, provincia de Segovia |telemadrid

El verano ya está aquí y es hora de disfrutar de unas vacaciones merecidas. Hay quienes se van a la playa, a la montaña y otros que prefieren irse al pueblo.

De la ciudad al pueblo, es lo que hacen muchos de los madrileños en vacaciones. Con ganas de desconectar, ver a los suyos, recordar tiempos pasados y disfrutar donde siempre han disfrutado.

El trabajo o la vida, han hecho que muchas personas se muden a la capital o se desplacen hacia la ciudad con el fin de buscar esa comodidad y cercanía al día a día. Sin embargo, cuando llegan los días libres y el buen tiempo, apetece desconectar y volver al pueblo.

Son muchos los municipios madrileños de menos de 5.000 habitantes que por estas fechas, ven crecer su población a prácticamente el doble o incluso el triple; Corpa, Alameda del Valle, Ambite, Braojos, Redueña, Valdaracete, Canencia, Madarcos, Cervera de Buitrago o Gascones, son algunos ejemplos de pueblos madrileños que ven sus calles, bares y zonas comunes llenas en verano.

No obstante, mucha gente tiene el pueblo fuera de la Comunidad de Madrid en provincias como Segovia, Ávila, Guadalajara, Toledo, Cuenca, donde notan con más énfasis este aumento de población en verano debido a la poca población que ostentan.

Sigüenza, municipio de la provincia de Guadalajara, tiene una población abundante, 4.708 habitantes según datos del INE en 2023. En verano, es uno de esos pueblos que duplica su población, “se nota que hay más gente en verano, hay más coches y no se puede aparcar”, explica Rafael López, vecino de Sigüenza durante todo el año.

“Se nota que hay más gente porque somos censados 4.000 y en verano casi se triplica, hay más coches, las tiendas por las mañanas no paran de atender a gente y la zona de la alameda con los kioscos se pone llena”, nos comenta Alberto Palafox, otro vecino del municipio de Sigüenza, Guadalajara.

“El verano le da otra vida al pueblo, te juntas durante unos meses con amigos que no ves durante el año o que vienen muy poco”, añade Alberto.

Si nos adentramos más en la conocida como ‘Serranía Celtibérica’ o ‘Laponia Española’, el contraste se nota más aún. El municipio de Carabias, también en la provincia de Guadalajara, tiene la fría cantidad de 13 habitantes, según datos del INE en 2021. En verano, pueden llegar a los 30 o 40 vecinos, según Javier Morales, autóctono del municipio, “se nota porque el hotel se llena, las casas rurales de la zona, las viviendas deshabitadas durante el año tienen gente y ahora siempre te encuentras con alguien por la calle”, señala.

Sigüenza / EUROPA PRESS
Sigüenza |EUROPA PRESS

Otra perspectiva en estos casos es la de las personas que viven en la capital y en verano se van al pueblo de vacaciones. Es el caso de Isabel Herrero, estudiante que vive en Madrid y está deseando poder irse a su pueblo, Barbolla, en la provincia de Segovia, “siempre que podemos nos escapamos al pueblo, es muy liberador y me ayuda a despejarme de la rutina. Me encanta ver a mis abuelos y disfrutar de cosas simples que no te paras a hacer en la cuidad, por ejemplo, ir a la granja, ver las estrellas, jugar al frontón, dar paseos, hablar con la gente del pueblo, sentarte a la puerta de casa al fresco y jugar a las cartas con la familia o los amigos”, explica.

Los abuelos, la familia y los amigos, son muchas veces la razón principal por la que volvemos a los pueblos, “el reencontrarme con toda la gente, el cambio de ambiente respecto a la ciudad para desconectar, el estar en casa con toda mi familia es lo mejor de volver al pueblo”, nos cuenta Henar Encinas, estudiante que vive en Madrid durante el año.

Barbolla, tiene apenas 140 personas censadas, pero en realidad unas 80 viven durante todo el año en este pequeño municipio segoviano. “Mi pueblo es muy pequeño, generalmente la gente que vive allí trabaja en el campo y por lo tanto mis padres se mudaron a Madrid nada más acabar los estudios para poder trabajar de lo que les gustaba, a día de hoy, después de habernos acostumbrado a la ciudad, al barrio, los amigos, poder ir a un centro comercial, cine o universidad cercana, nuestra vida ya está establecida en Madrid y para poder trabajar de lo que nos gusta nos es imposible vivir en el pueblo”, añade Isabel.

“A día de hoy, para poder trabajar de lo que nos gusta nos es imposible vivir en el pueblo”, Isabel Herrero.

Antiguamente, el pueblo contaba con pescadería, panadería y algunos bares, actualmente solo queda un bar que sobrevive a esa emigración de la población hacia las ciudades. En esta situación se encuentran muchos pueblos cercanos a Madrid que se ven ahora envueltos en una situación incierta respecto a su futuro.

Nuestras raíces, costumbres y tradiciones, provienen de los pueblos. Desde aquí, hacemos un llamamiento para seguir llenando sus calles, aunque sea en verano, para seguir dando vida a lo que nos une y cuidar de ese España despoblada que lucha cada año por seguir viva.