Noche tropical y efecto isla de calor, lo que no te deja dormir las noches de verano

  • La Aemet distingue cuatro tipos diferentes de noches de verano en función de la temperatura: noches cálidas, tropicales, ecuatoriales e infernales
  • Si vives en un área urbana seguro que estás soportando temperaturas más altas que en zonas rurales por culpa del efecto conocido como isla de calor
Durante el verano se incrementan los problemas de insomnio
Durante el verano se incrementan los problemas de insomnio |Europa Press

La primera ola de calor del verano ya ha hecho acto de presencia y nuestros cuerpos ya empiezan a sufrir las consecuencias. El calor que nos acecha estos días, y solo estamos empezando, afecta a nuestros biorritmos y a nuestra salud.

Y lo peor es que esto no solo sucede durante las horas diurnas porque durante las noches tampoco nos da tregua.

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En los próximos días los meteorólogos volverán a hablarnos de noches tropicales o del efecto isla de calor. Pero, ¿Qué son estos dos conceptos y por qué no te dejan dormir en las noches de verano?

Noches tropicales, ecuatoriales e infernales

En los meses de verano utilizaremos en muchas ocasiones el término noche tropical para hacer referencia a aquellas noches en las cuales no podemos pegar ojo. Pero no todas las noches son tropicales.

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En meteorología se consideran así aquellas en las que la temperatura mínima no desciende por debajo de los 20°C, las demás son solo noches cálidas.

Pero el debate está servido porque este umbral no debería ser el mismo para cualquier zona de nuestro país.No es lo mismo sufrir noches con temperaturas por encima de los 20°con una humedad alta que con una humedad baja, ni tampoco con viento en calma o con viento fuerte.

Si la alta temperatura se une a una humedad alta y viento en calma la noche puede llegar a ser agobiante.

Pero, si pensabas que una noche tropical es insoportable, has de saber que todavía puede ser peor. Y es que, la Agencia Española de Meteorología (Aemet) distingue otras dos clases de noches en las que seguroque te va a costar conciliar el sueño.

La noche ecuatorial (o tórrida) es aquella cuya temperatura mínima es de 25° o superior y la más temida, la noche infernal.

El nombre ya lo dice todo, se consideran noches infernales aquellas en las que la temperatura no baja de los 30°. Y debemos esatr preparados porque son cada vez más frecuentes en las zonas más cálidas del planeta.

¿Dónde sufren más noches tropicales en España?

Las regiones de España que sufren noches tropicales con mayor frecuencia son Canarias, con una media de 92 días al año, y algunas zonas costeras de la Península, como Cádiz (con 89), Melilla (con 88) o Almería (con 83).

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Los que más sufren las noches tropicales son los habitantes de la isla de El Hierro, que soportan 128 noches tropicales al año.

En algunas zonas como Cataluña o Madrid tienen más suerte, ya que "solo" soportan 40 y 30 noches tropicales al año respectivamente.

Pero, sin duda, los residentes en el noroeste peninsular son los más afortunados, ya que normalmente se libran de este calor nocturno.

El efecto isla de calor, más temperatura en la ciudad

Si vives en un área urbana seguro que estás soportando temperaturas más altas que en zonas rurales. Y esto es por culpa del efecto conocido como isla de calor.

Se denomina así a un fenómeno térmico que consiste en un aumento de la temperatura en las zonas del centro de la ciudad por la noche, sobre todo si las comparamos con el extra-radio.

Además, este efecto aumenta con el tamaño de la ciudad y no solo ocurre en verano, en invierno también evita que algunos días se produzcan heladas en las grandes ciudades.

Los culpables: Asfalto, contaminación, actividad humana...

En las grandes ciudades, las temperaturas mínimas están entre 3 y 4ºC más altas que en los alrededores.

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Edificios, calles, aceras y asfalto retienen mucho más el calor que los espacios abiertos y naturales, como los campos o los bosques.

Los edificios altos y estrechos en las áreas urbanas crean cañones urbanos, donde las calles estrechas y los edificios cercanos bloquean el flujo de aire y limitan la circulación del viento.

Además, la falta de vegetación en las ciudades reduce la capacidad de enfriamiento natural a través de la evaporación de agua.

La actividad humana en las áreas urbanas también contribuye al incrementar el efecto isla de calor. El uso de sistemas de calefacción o aire acondicionado, la generación de energía, la industria y el transporte, las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes atrapados en las ciudades contribuyen al calentamiento del aire.

Este efecto puede afectar a la salud, llegando a causar malestar general, problemas respiratorios, insolación, deshidratación, fatiga e incluso un aumento de la mortalidad.

Además provoca un aumento de la contaminación del aire y podría incrementar las pérdidas económicas generadas como consecuencia del cambio climático.

¿Cómo podemos reducir el efecto isla de calor?

Las zonas verdes son las grandes aliadas en la lucha contra el calor, ya que funcionan como pequeños oasis dentro de las ciudades.

Algunos habitantes de las ciudades han comenzado ya a convertir las cubiertas de los edificios en zonas verdes, instalando jardines o huertos urbanos en las azoteas.

El aumento de zonas verdes a pie de calle (con parques, árboles en las aceras o huertos urbanos), o hacer calles más anchas y con edificios más bajos también contribuyen a minimizar el impacto de la isla de calor urbana.

Otras posibles soluciones pasan por la la instalación de fuentes de energía renovables (como paneles solares), impulsar la movilidad sostenible (por ejemplo potenciando el uso del transporte público o la construcción de carriles bici) o promover la educación medioambiental.