¿Por qué los fans de Taylor Swift pasan horas y horas haciendo pulseras antes de los conciertos?
Se ha convertido en un ritual que cumplen puntualmente los fans de todo el mundo
CARMEN M. TEJEDA
Cuando un swiftie llega a un concierto de Taylor Swift, no sólo se sabe de memoria la setlist correspondiente, es decir las canciones que la diva ha anunciado que va a cantar ese día, algo por otro lado bastante fácil ya que un buen fan se sabe de memoria todas las canciones de la diva. Cuando un buen swiftie llega a un concierto, además de la camiseta apropiada, la ilusión y los amigos, lleva un montón de pulseras en un bolsa. ¿Pulseras? Sí, pulseras.
Pero no cualquier pulsera, son brazaletes confeccionados a mano con cuentas de bisutería que el swiftie ha estado ensartando en los hilos correspondientes durante horas y horas los días previos al concierto. Es algo que ya se ha convertido en ritual, los fans quedan y preparan docenas de pulseras especiales. ¿Por qué? ¿Para qué? Vayamos al principio.
Noelia, swiftie recién llegada de ver a Taylor Swift en el concierto de Lisboa y que ya prepara el de Madrid nos explica que “todo comenzó con el álbum ‘Midnights’”. En este disco se incluye el tema ‘You're On Your Own, Kid’ (“Ahora vas por tu cuenta, chico”) que incluye una estrofa fundamental: "So make the friendship bracelets /take the moment and taste it/You've got no reason to be afraid" (Hagamos brazaletes de la amistad/ toma el momento y saboréalo/no tienes razón para tener miedo”). Todo un canto a la amistad.
“En Estados Unidos algunas muchachas comenzaron a hacer pulseras de la amistad como una manera de hacer realidad la canción", explica Noelia. Ahora se ha convertido en una costumbre tal que los días previos al concierto los fans pasan horas y horas confeccionando brazaletes “que llevan frases o títulos de canciones o discos o incluso frases en modo broma”. Después se guardan en una bolsa, “las llevas al concierto y allí las intercambias”. Esta es la clave: intercambiarlas y volver a casa con el antebrazo lleno.
“Nosotros quedamos varios días antes del concierto para hacerlas, cada una con el color de un disco de Taylor Swift ”, explica Óscar otro ‘swiftie’ empedernido, “hay gente que incluso comienza a prepararlas meses antes”.
La costumbre ya ha trascendido y se está extendiendo más allá de Taylor Swift, “sobre todo a deportes, las hemos visto en Fórmula 1, chicas que hacen pulseras y se las dan a los pilotos”.
Las pulseras se intercambian en cualquier lado, dentro del concierto, en la cola, en el metro, en el autobús, en el avión. Algunos fans hasta han conseguido que se las ponga el conductor del autobús que les traslada al concierto.
Óscar y Noelia son dos madrileños devotos de Taylor Swift que, como buenos swifties, marcharon a Lisboa para asistir al concierto del pasado 24 de mayo bien cargados de pulseras. “Ya en el avión de ida intercambiamos pulseras con otras fans, casi sin sentarnos”, cuenta Óscar. “En la cola del concierto la gente se te acercaba, te hablaba en un montón de idiomas para intercambiar pulseras pero lo mejor fue una niña que tendría unos 6-7 años y había hecho muchísimas pulseras, nos decía ‘Take one’ y entonces tú metías una de tus pulseras en la bolsa donde ella llevaba las suyas y cogías una de ella, molaba”, explica Noelia.
“Son recuerdos especiales que te llevas de la experiencia de ver un concierto de Taylor Swift”, remarca Óscar y cuenta que el concierto de Lisboa ha sido especialmente emotivo porque la cantante estadounidense cantó, precisamente, la canción que dio origen a todo: ‘You’re On Your Own, Kid’, “Es nuestra canción favorita y una de las más importantes de su discografía”. Un tema que ya se ha convertido en himno para los siwfties.
Ahora, apenas pasada la resaca de Lisboa, Noelia y Óscar, al igual que otros muchos fans, dedican el tiempo que estudios y trabajo les dejan libre para preparar más pulseras para el concierto del Santiago Bernabéu.
Cuando Taylor Swift apague el micrófono el próximo día 30 de mayo y se pongan en marcha los 69 camiones que trasladan el escenario a su siguiente cita, estos dos madrileños se habrán hecho con docenas de 'pulseras de la amistad' procedentes de todas partes del mundo y habrán repartido otras docenas, hechas a mano en Madrid con todo el cariño, pulseras que viajarán kilómetros y kilómetros extendiendo y consolidando la 'hermandad' de los swifties.