Proteger a la víctima, alertar a los servicios de emergencias y socorrer para iniciar las primeras maniobras de reanimación son los principios básicos ante un ahogamiento infantil, ya sea en la piscina, el río, el mar o una bañera.
El Hospital Gregorio Marañón recuerda mediante varios vídeos informativos los pasos a seguir si se presencia un ahogamiento de niños mayores de un año y bebés.
"Es importante actuar en el momento que hemos presenciado un ahogamiento pero también lo es prevenir", relata María Escobar, del servicio de Urgencias Pediátricas del hospital Gregorio Marañón, que alerta que si un niño se encuentra en el agua que supera una palma o cinco centímetros "ya hay riesgo de que se ahogue".
Ante un caso de posible ahogamiento, tanto los profesionales sanitarios como desde las principales sociedades médicas, se recomienda seguir la conducta P.A.S (Proteger, alertar y socorrer), que consiste en una guía de actuación de tres pasos.
En primer lugar, se debe proteger a la víctima sacándola rápidamente del agua y llevándola a un lugar seguro, a continuación alertar a los servicios de emergencia y, posteriormente, socorrer a la víctima e iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Si un niño mayor de un año sufre el ahogamiento, se debe poner a la víctima en un lugar rígido boca arriba y comprobar su consciencia con un pellizco en el pecho o en el brazo. En el caso de que la víctima responda, debe colocarse en posición de seguridad de lado o en la postura que se sienta más cómodo.
Si no responde, debe abrirse la vía aérea, para lo que se elevará con dos dedos el mentón, y comprobar si el niño está respirando, si el tórax se eleva, si sentimos exhalación y si respira.
De no respirar, se procederá a hacerse de forma artificial realizando cinco insuflaciones por la boca tapando nariz, que tendrán una duración de un segundo.
Si continúa sin signos de vida, se hará un masaje cardiaco, colocando el canto de la mano dos dedos por encima de la boca del estómago, en el esternón, y se realizarán 30 comprensiones a una velocidad rápida y, después, dos insuflaciones.
Se procederá con esta maniobra hasta que acudan los servicios de emergencias o hasta devolver la respiración a la víctima.
En el caso de que sea un bebé el que ha sufrido el ahogamiento, el procedimiento será el mismo, aunque el mentón se colocará en posición neutra para no dañar su cuello.
También se realizarán cinco insuflaciones pero cubriendo su nariz y su boca, y realizando las compresiones con los dedos pulgares con las palmas alrededor de su tórax.
El Hospital Gregorio Marañón recuerda la necesidad de ejercer una "supervisión activa" si los niños se encuentran en el agua. También subraya la necesidad de que lleven chalecos salvavidas "si no saben nadar", y que las piscinas deben estar completamente valladas para impedir que los niños puedan acceder a ellas.