Tamara Falcó habla desde México: "Fue un despertar espantoso"
La hija de Isabel Presley explicaba este fin de semana, durante un Congreso de Familias Cristianas, cómo ha vivido la ruptura con Íñigo Onieva
REDACCIÓN
Tamara Falcó digiere poco a poco el 'tsunami' emocional que llegó tras una ruptura inesperada. Ahora, días después de cortar su relación y compromiso matrimonial con el empresario Íñigo Onieva tras descubrir una supuesta infidelidad, contempla (aún con dolor) desde la distancia lo que ha definido como "un despertar espantoso".
Tamara Falcó, de 40 años, marquesa de Griñón e hija de Isabel Presley, compartió en México, durante un Congreso de Familias Cristianas, la experiencia vivida.
“Ha sido un despertar espantoso, pero al mismo tiempo pienso en el perdón, pienso en la importancia del perdón", reveló Falcó en su participación en el Congreso Mundial de las Familias en Ciudad de México.
La joven aristócrata habló de la familia, tomando referencia la suya propia. Su madre, Isabel Presley, actual pareja del escritor Mario Vargas Llosa y exmujer del cantante Julio Iglesias, a quien ella llama cariñosamente "tío Julio, es para ella un referente. Sus diferentes matrimonios hace, dice Tamara, que "el hecho de formar una familia o tal siempre le da muchísimo vértigo".
Vértigo el que aún experimenta Tamara cada vez que rememora todo lo vivido en apenas unas horas. De la felicidad extrema por anunciar su compromiso con Íñigo Onieva, al sentimiento de frustración, iray tristeza tras descubrir una supuesta infidelidad: su ahora exnovio apareció en un vídeo besando a una modelo brasileña, lo que derivó en que la influencer lo eliminara de sus redes sociales y borrara la fotografía de un anillo valorado en 14.500 euros, apenas 48 horas después del anuncio de compromiso.
“No lo entiendo, o sea, no me cabe por la cabeza lo que ha sucedido, pero creo que él y todos los que están perdidos en las sombras merecen conocer la verdad y el amor de Dios”, indicó.
Tamara también indicó que él le ha pedido perdón y es algo en lo que ella "tiene que trabajar".
“Yo no siento odio hacia él ni aberración, me da pena, me da penaque con todas las cosas maravillosas que hay en la vida, vea, que considere que esas son las cosas por las que vive, a mí eso sí que me da pena”, manifestó.
También reconoció tener una "mezcla de sensaciones" y confesó que en un viaje a Maggiore, Italia, hizo una "oración muy fuerte" sobre la relación.
"Rogué muy fuerte que, si mi novio de aquel entonces era para mí, que se realizara, que llegáramos al matrimonio y que, si no, que por favor lo apartara", reveló.
Pero su decisión no se ha basado solo en la infidelidad. Tamara reconoce que al echar la vista atrás, "había muchas llamadas de atención". La última pieza, el vídeo, fue tan solo la ficha que provocó un 'efecto dominó'.