Beatriz Álvarez, presidenta de La Liga Femenina, lleva meses denunciando las constantes trabas que Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, ha puesto a cada negociación con la Liga Profesional de Fútbol Femenino (LPFF) que dirige. Ante la no dimisión de Rubiales, Álvarez ha declarado que “su ego está por encima de su dignidad” y que espera que el Consejo Superior de Deportes tramite todas las denuncias interpuestas, entre ellas la de La Liga F.
“El TAD es la única vía, pero creo que el Gobierno va a actuar contundentemente”, asegura, y critica el discurso de Rubiales en el que señala a las “falsas feministas”. “Es un honor ser falsa feminista, yo y tantas personas que han criticado su actuación”, defiende.
“Ha representado la marca España en el mundial y es una vergüenza, utilizando sus hijas de por medio”, refiriéndose a su presencia en la Asamblea General Extraordinaria, expresando que el beso que le dio a Jennifer Hermoso era como uno “que le daría a sus hijas”.
“Conozco muy bien el ego que puede alcanzar Luis Rubiales, era algo que entraba en los planes”, reconoce la presidenta, que añade que no le sorprende su decisión final y considera la asamblea “una pantomima”, donde “cualquier votación a mano alzada” y no secreta recibe la “presión de los asambleístas”, a quienes señala: “Va en la responsabilidad de cada uno, veremos qué hacen las personas que han respaldado y legitimado al presidente de la Federación”.