En cuanto cumplimos años hacemos comentarios respecto a los olvidos, los despistes, y su relación con la edad, y un estudio reciente afirma que a partir de los 60 la mayoría de personas reconoce tener fallos de memoria a los que tampoco dan demasiada importancia porque lo achacan, precisamente, a algo normal relacionado con la edad.
Según los datos recogidos por Nutricia, más del 50% de los mayores olvidan nombres de forma ocasional, el 46% se sienten apáticos o desganados, así como el 40% que tiene cambios de humor y menos numeroso pero más importante ese 25% que tiene dificultades para seguir una conversación.
A pesar de que en algunos casos, tener algunos despistes u olvidos no es sinónimo de patología alguna, en otros sí que puede tratarse del DCL (Deterioro Cognitivo Leve), que se caracteriza por el olvido de fechas, nombres o palabras y, también, perder el hilo en una charla.
La clave para saber si necesitamos acudir al médico, tal y como nos ha contado la neuróloga Laura Lillo, es observar "si estos despistes se mantienen en el tiempo y suponen un empeoramiento significativo".
Esta especialista, además, ha apuntado a la importancia de realizar "ejercicios de estimulación cognitiva".