El pasado lunes se detuvo al presunto culpable del crimen de los tres hermanos de Morata de Tajuña, asesinados y parcialmente quemados en su propia casa. Se trata de un hombre de origen pakistaní que convivió con Ángeles, Amelia y Pepe.
Dilawar Hussein, más conocido como “el negro de Morata”, tiene 42 años y se había asentado en Arganda del Rey desde hacía 4 años, pero también alquiló una habitación a los tres hermanos en su casa de Morata, a los que, afirma, prestó dinero.
Hace un año, Dilawar, estuvo en prisión provisional por agredir a Amelia con un martillo, presuntamente, por no haberles devuelto esos supuestos 50.000 euros que les dejó. Fueron los vecinos los que alertaron a la Policía al oír los gritos de la mujer. El juez decretó 2 años de cárcel, pero la defensa consiguió su salida de prisión sin que los hermanos se opusieran, aunque con una orden de alejamiento de la víctima de 500 metros durante más de dos años, según confirman las autoridades.
Por su parte, los vecinos, aseguran que era un tipo callado y reservado, siempre oculto tras sus gafas de sol. Además, hemos conocido que tenía diagnosticado un trastorno paranoide, además de adicto al cannabis, lo que le hacía ser muy problemático.
Incluso llegó a dormir en la calle algunos días por los desencuentros con las personas con las que compartía piso en Arganda del Rey, vivienda que el pasado lunes fue registrada palmo a palmo por la Policía.
"La cárcel a este hombre no le sirvió como elemento disuasorio, estaba absolutamente convencido de que tenía que defenderse de eso que le habían hecho, que era una deuda y, además, odiaba a estas personas", ha explicado el psiquiatra y médico forense José Cabrera en 120 Minutos.