Esta semana se ha conocido la detención de cinco menores por la agresión sexual grupal a dos niñas de 12 y 13 años ocurrida en Logroño. Los hechos ocurrieron el pasado 9 de abril y, según la investigación, habrían participado unos 10 menores de entre 13 y 17 años.
La Fundación ANAR, de ayuda a niños y adolescentes en riesgo, señala la importancia de la educación sexual en la prevención del abuso infantil y destaca la necesidad de "proteger a los menores del acceso a la pornografía violenta, que degrada a la mujer y puede normalizar comportamientos inadecuados".
El portavoz, Benjamín Ballesteros, explica que en ANAR han analizado "6.183 casos en los que ayudamos a resolver problemas de abusos sexuales entre menores que contactaron con nosotros".
"La educación afectivo-sexual es esencial para que integren valores de respeto, fomento de la empatía, y tomar conciencia de que las relaciones sexuales se tratan de actos alrededor del placer".
En cuanto al papel que juega el fácil acceso a pornografía violenta y degradante, consideran que "debemos tener en cuenta que, cuando en la pornografía hay contenidos violentos y se degrada a la mujer, se las utiliza como un objeto y se muestran abusos sexuales en grupo que pueden ser altamente violentos, si un menor ve esas imágenes de forma frecuente puede llegar a pensar que es algo normal".
"Ya no es una cuestión de prohibición, es de protección", destaca Ballesteros. "Que los menores de edad estén expuestos a ver imágenes de violencia sexual también es una forma de abuso sexual y debemos limitar que puedan tener acceso a ese tipo de pornografía".
"Desde un punto de vista psicológico, que un menor vea con cierta frecuencia determinado comportamiento le llevará a pensar que es algo normal y, si es menor y todavía está desarrollando sus funciones mentales, carece del criterio y de la conciencia necesaria para entender los riesgos derivados".