España tiene 450.000 niños y adolescentes menos en edad escolar, de cero a 15 años, que hace un decenio. Y de aquí a 2037 se recortará, previsiblemente, en 550.000 más. Es decir, desde el máximo histórico alcanzado en 2013 el sistema educativo habrá perdido en ese periodo de 24 años algo más de un millón de alumnos entre infantil, primaria y la secundaria obligatoria, si se cumple la proyección del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre nacimientos.
Un nuevo estudio del Centro de Políticas Económicas de Esade (EsadeEcPol) ha analizado dicho proceso, que será muy desigual: en casi la mitad de las provincias el descenso superará el 20%, en otras la bajada será más moderada, mientras en Almería y Baleares el número de alumnos incluso aumentará.
El informe plantea al mismo tiempo una serie de medidas, algunas de ellas dolorosas, como el de organizar un cierre planificado de centros, que, según los autores, permitirían aprovechar el declive de alumnado para mejorar globalmente el sistema. La alternativa, no hacer nada, supondría, sostienen, malgastar una oportunidad y al final tampoco evitaría tener que clausurar escuelas.
Las previsiones del estudio, elaborado por Lucas Gortazar, Jorge Galindo y Ramón Pacheco, basadas en la proyección de población del INE, abarca hasta 2037, e indican que para ese año la población menor de 16 años será un 14,1% inferior a la de 2013, y presentará fuertes contrastes regionales. Los territorios de la mitad oeste de España perderán mucho más alumnado que los del este.
Dispar por comunidades
Galicia, Asturias, Cantabria, casi toda Castilla y León, Extremadura, el sur de Castilla-La Mancha y buena parte de Andalucía registrarán los mayores descensos. En 11 provincias la bajada alcanzará o superará el 30% (en Zamora llegará al 44%). En el otro extremo, Baleares y Almería ganarán un 7% de estudiantes.
El número de nacimientos, que lleva cayendo de forma casi ininterrumpida desde 2008, y por tanto de alumnos en etapas obligatorias, está condicionado sobre todo por el número de mujeres en edad de tener hijos, y por el número de descendientes medio que tienen dichas mujeres.
El primer factor explica la previsión de aumento de nacimientos a partir de este mismo año que contempla la proyección del INE, al haber empezado a llegar a edad de tener hijos las mujeres que nacieron en el último pequeño bum de nacimientos registrados en España (entre 1998 y 2008).
El segundo factor, la tasa de fertilidad o promedio de hijos por mujer, se halla en su nivel más bajo en lo que va de siglo, por debajo de 1,2 hijos por mujer, una tendencia sostenida en la que intervienen desde cuestiones culturales a la escasez de políticas de fomento de la natalidad y protección de la infancia que hay en España.