El aumento de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) entre los jóvenes ha sido motivo de alarma en los últimos años, pero los mayores de 60 no están exentos del problema. Según datos del Centro Nacional de Epidemiología, los casos de ETS como la gonorrea, la sífilis y las clamidias se han triplicado en la última década en esta franja de edad, convirtiéndose en un colectivo especialmente vulnerable.
Uno de los factores clave detrás de esta tendencia es el bajo uso del preservativo: un 75% de las personas mayores de 55 años no utiliza protección durante sus relaciones sexuales. Además, la mejora en la salud en edades avanzadas ha permitido que mantengan una vida sexual activa, pero a menudo sin la educación sexual necesaria ni la conciencia sobre el riesgo de contagio.
Bárbara Ruíz Escribano, psicóloga especializada en sexología, señala que “el problema ya no está solo en el desconocimiento, sino en cómo vivimos la sexualidad hoy en día”. Para ella, el foco se ha desplazado hacia el placer inmediato, donde “el miedo al contagio queda por debajo de la necesidad y el deseo”. Además, la psicóloga destaca la influencia de las redes sociales y la pornografía en las prácticas actuales: se ha normalizado que no se utilice preservativo, lo que fomenta la ausencia de medidas de seguridad tanto físicas como emocionales.
Los especialistas hacen un llamado a acudir al médico ante cualquier duda o sospecha de contagio, insistiendo en que la vergüenza no debe ser un obstáculo. En un contexto donde la búsqueda del placer inmediato prima sobre la prevención, abogan por campañas de sensibilización dirigidas a todas las edades, incluido un grupo que a menudo queda fuera de las conversaciones sobre salud sexual.
