Una familia de Arroyomolinos fue despertada en mitad de la noche por seis agentes de Policía que irrumpieron en su salón, pistolas en mano, por una confusión con el domicilio. Buscaban a otras personas sospechosas de algún delito relacionado con narcotráfico y se encontraron a un matrimonio y a su hijo de doce años, "absolutamente en shock".
Ocurrió el pasado 13 diciembre, cuando Penélope estaba con su marido y su hijo en casa, durmiendo, y en torno a las 7 de la mañana escuchan "un ruido muy fuerte y vemos a policías encapuchados encañonándonos la cabeza". "Ni siquiera sabíamos qué estaba pasando ni que eran policías, y fueron a la habitación de mi hijo a encañonarle también", denuncia Penélope, todavía "muy asustada".
“A mi hijo le da pánico la casa”, expresa Penélope. “Quiero que quede claro que la orden no la tenían para entrar en mi domicilio, me la han enseñado”. “Creo que la sanción tiene que ser ejemplar y que esto se tome en serio”.
"Al niño le levanta otro policía y se encuentra a sus padres encañonados". Penélope narra que preguntó por la orden de entrada de registro y alcanzó a ver que se habían equivocado de número y de bloque. "El niño está yendo al psicólogo y mi marido está de baja y yendo al psiquiatra por el trauma".
Los recuerdos de Penélope y su familia comienzan con el marido que "se levantó corriendo desnudo pensando que no estaban robando. Se encuentra a la Policía y le encañonan con dos pistolas, a mí con otra y a mi hijo que estaba durmiendo también". "Les dije que era un error y que dejaran al niño", cuenta Penélope, "al rato se dan cuenta y me dejan ir a ver a mi hijo que estaba con las manos levantadas y no se atrevía a bajar las manos".
"Todo fue borroso hasta que nos dicen que se tienen que ir y se queda un agente que nos dice que vendrán a arreglar la puerta para poder cerrarla y que el resto lo paga el seguro". "El niño tiene 12 años y está tomando Lorazepam para poder dormir, esta casa nos parece insegura y cualquier ruido nos afecta".
Policía Nacional confirma lo sucedido y señala que está todo judicializado. Al momento se subsanó y pagó los daños y se han remitido los hechos al juez. Ahora, están a la espera de las reclamaciones que quiera alegar la familia. Un error "nada habitual, pero que puede pasar" en delitos de drogas porque los delincuentes juegan al despiste y a veces cambian los números en la dirección.
"Ayer llamaron a mi marido después de 10 días para ver si se había arreglado la puerta, pero no se preocupan de cómo está un niño de 12 años que ahora no tiene vida normal que le han encañonado con una pistola en su propia habitación", denuncia la madre.
Pide “que no vuelva a pasar” y dice que “si yo en mi trabajo cometo un error así de grande, me habrían echado”. “Había seis personas dentro de mi casa y nadie comprobó el número al que iban a entrar de noche, no lo entiendo y es peligroso porque podríamos haber reaccionado mucho peor, por lo que sea”.