La escena ha vuelto a repetirse el pasado fin de semana en diferentes puntos de España. Los vecinos de Villaviciosa de Odón están indignados por el macrobotellón celebrado en la localidad que concluyó con varios heridos y cargas policiales.
No es el único caso registrado en la región. En el madrileño parque de Berlín se repetía la misma historia. Miles de personas apiñadas, sin mascarilla ni distancia alguna de seguridad se concentraron para celebrar un macrobotellón. En esta ocasión han sido detenidos cuatro jóvenes por el apuñalamiento de un asistente.
Efecto llamada
En 120 Minutos tratamos de buscar respuesta a la proliferación de estos actos violentos durante la celebración de los botellones con la psicóloga clínica Silvia Álava. La experta considera que hay un "claro efecto llamada" entre los jóvenes para acudir a estos encuentros y alerta de la presencia de personas violentas entre los asistentes. "Cuando actuamos en grupo la responsabilidad queda diluida", explica Álava.
Aspecto importante es no culpabilizar a todos los jóvenes adolescentes de la comisión de actos violentos y diferenciar perfectamente a "aquellas personas con agresividad y violencia muy llamativas", advierte. Los jóvenes "están muy cansados", continúa Álava, y eso provoca que sea difícil controlar la impulsividad del colectivo que tiene la sensación de "estar perdiendo los mejores años de su vida".
Apelar a la responsabilidad y la empatía son las fórmulas aportadas desde el campo de la psicología para reconducir, en la medida de lo posible, estos comportamientos.