Los dueños, trabajadores y usuarios de la gasolinera de Atocha están desesperados porque los usuarios de la aplicación BlaBlaCar, para compartir coche, quedan allí y colapsan la entrada a los surtidores. Además de los coches mal aparcados, los responsables de la gasolinera temen por su seguridad, ya que los usuarios que están esperando fuman o hablan por teléfono.