Una concentración no comunicada de unos 300 autobuses turísticos y escolares ha colapsado la Gran Vía y el centro de Madrid durante la mañana de este lunes en protesta por las restricciones de acceso a Madrid Central, que entrarán en vigor en los próximos días.
Los conductores reivindican su "derecho a poder realizar su trabajo", que se ve limitado -dicen- por las restricciones impuestas por el Ayuntamiento de acceso a Madrid Central. Unas restricciones -remarcan- que impiden a las empresas de los autobuses turísticos recoger o dejar clientes en los hoteles o restaurantes, y a los autobuses de rutas escolares recoger a los niños en los colegios.
Los conductores han reclamado al Consistorio una reunión para atender sus reivindicaciones. Dicha reunión tendrá lugar el próximo 3 de diciembre, señalan.
La entrada en vigor de las restricciones al tráfico privado de Madrid Central tendrá lugar este próximo viernes 30 de noviembre. Solo podrán acceder al centro en coche sus vecinos e invitados, los vehículos no contaminantes y quien estacione en un aparcamiento.
Ello afecta a los autobuses turísticos privados que podrán circular por el centro, pero no cargar o descargar clientes, sin contar con autorizaciones por parte del Consistorio; unas autorizaciones -dicen los conductores- que les están siendo sistemáticamente denegadas.