Mariana es una madre coraje contra el bullying. Lo está sufriendo su hijo de tan solo diez años en su colegio. Acoso, insultos y vejaciones que van creciendo curso tras curso en Alovera (Guadalajara) desde el primer año que llegó al colegio. "Vive un infierno desde Primaria", señala su madre.
Su hijo sufre ataques de ansiedad y necesita la ayuda de un psiquiatra, al que acude dos veces al mes. En febrero, en un viaje a la nieve el niño, llegó al límite.
Al menor le tocó compartir grupo con su acosador. Cuando Gabriel se cayó el compañero le gritó “ojalá te hubieras caído por el barranco”. La víctima no entiende que le deseen la muerte.
Con tan solo 10 años es víctima de acoso escolar. Desde hace 4 años un compañero y los amigos de éste le insultan, menosprecian, excluyen, agreden, escupen. La situación se ha agravado durante este curso. Ha sufrido varios ataques de ansiedad y se encuentra en tratamiento psicológico.
El colegio abrió un protocolo de acoso escolar, pero lo cerró por falta de pruebas según el centro. "El protocolo no sirve de nada", dice Mariana, la madre. "Lo único que consigue es señalar a mi hijo", apunta su padre, Gabriel. El colegio, según los padres, cerró el protocolo por falta de pruebas.
Su hijo ha dejado de ir clase, tiene pánico. La familia está gestionando el traslado a otro centro escolar. Los padres quieren denunciar el infierno del niño y la pesadilla que vive la familia viendo sufrir a su hijo.
Quieren remarcar que el bullying es real y piden una mayor implicación de padres y profesores ante este grave problema que ya hemos visto que puede acabar en suicidio si no se ataja.
El próximo lunes van a presentar una denuncia ante la Fiscalía de Menores acompañada de un informe del psiquiatra. "Lo que queremos es sacarle del centro lo antes posible", remarca Mariana.