Quienes también atraviesan grandes dificultades son los pequeños comercios de barrio frente a la competencia de los centros comerciales y la venta online. La inflación, la subida de la luz y el pago de autónomos también motivan la asfixia.
Desde 2019, ya antes de la pandemia, se han ido cerrando una media de 25 negocios al día, lo que equivale a una media de 750 al mes. La cifra de autónomos dedicados al por menor a enero de 2024 se sitúa en el mínimo histórico de 476.459.
El pronóstico que realiza el sector para los próximos cinco años es sombrío: podrían cerrar un 40% de los comercios en España, según datos de COCEM (Confederación del Comercio Especializado de Madrid).
Buenos Día Madrid ha estado en una zapatería de barrio de la calle Tribulete. Un negocio familiar que inició la abuela de la familia en 1940 y que, tras muchos años luchando por sobrevivir, anuncia el cierre.
Sus descendientes la han mantenido hasta la fecha, pero ya no pueden más y el pasado mes de julio no les quedó más remedio que colar el cartel de “liquidación total”. Han intentado sobrevivir con préstamos y venta de patrimonio, pero las cuentas no salen porque están trabajando a pérdidas. Tras hacer frente a la inflación, a la subida de la luz, al pago de autónomos, el pago del IVA adelantado ha terminado de hundir el negocio.