No dejaban dinero, ni joyas. Se han llegado a llevar hasta televisiones de plasma. Son dos limpiadoras de hogar que se anunciaban con carteles como este: serias, de confianza. Pero lo único que querían era robar.
En una de las casas, una de ellas se llevó el primer día lo que quería y se fué: dejó solo a un bebé de nueve meses.