Lorenzo Caprile: “Amancio Ortega es uno de mis héroes particulares”

Euprepio Padula entrevista en Café y ‘Parole’ a Lorenzo Caprile. El prestigioso diseñador, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2016), nace en 1967 en Madrid. Estudia en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia (Italia), además de licenciarse en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia.

A partir de 1986 empieza a trabajar para prestigiosas firmas españolas e italianas hasta que en 1993 inaugura su propio taller en el madrileño barrio de Salamanca, especializándose en moda nupcial. Caprile es también figurinista de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

Madrid representa para Caprile “volver a casa. Como en Madrid, en ningún sitio”. Mantiene la nacionalidad italiana “por no meterme en papeleos y por romanticismo y tampoco importa ser de aquí o de allá con la comunidad europea”.

Con solo 25 años montó su primer taller, “Empecé a interesarme por la moda cuando estaba en 7º de EGB y conseguí mis primeras prácticas, era un niño”.

Orgulloso de su trabajo con la reina Letizia

Ha llegado a vestir a las personalidades más famosas españolas, como la reina Letizia, trabajo del que está muy orgulloso. Pero también del día al día y del trato con clientes anónimos porque confiesa que “las personalidades mediáticas son caramelos envenenados, las más famosas son las que entran a diario en el taller. Todos los años siempre hay algún melodrama o algún malentendido”.

Cansado de la "alargada sombra de Valenciaga"

Caprile reconoce no ser nada mitómano, “se puede aprender de todos los compañeros del presente y del pasado. Si tuviera que destacar, en ese sentido voy al contrario. Estoy cansado del síndrome Valenciaga. Hay gente estupenda oscurecida por la sombra alargada de Valenciaga”.

Éxito empresarial y televisivo como estrella mediática: “Macarena Rey, la productora, apostó por mí y me sorprende que guste y tenga éxito un programa de costura en la televisión”.

“Amancio Ortega es uno de mis héroes particulares y lo digo siempre. He aprendido más en dos encuentros con él que en 30 años de profesión”.

Para San Isidro, “mi deseo es que lo celebremos pero que seamos responsables porque el bichito sigue ahí”.