¿Por qué guardamos los huevos en el frigorífico si en el supermercado los ponen fuera? ¿Estamos haciendo lo correcto?
La respuesta es sí. Los huevos, como cualquier otro alimento, se conservan mejor si están refrigerados, por debajo de los 10º, pero hay algo que no debemos hacer nunca: refrigerarlos, calentarlos y volverlos a refrigerar.
De esta manera, si sacamos el huevo de la nevera se debe consumir, ya que así evitamos que se condense, porque los huevos tienen una cáscara porosa y haciendo esto podríamos ocasionar que le salgan hongos y bacterias.
¿Hay que lavar los huevos antes de consumirlos?
Siempre hay riesgo de que los huevos tengan salmonelosis, por lo que se recomienda lavarlos. Eso sí, siempre y cuando sea justo antes de consumirlos, porque debajo de la cáscara hay una pequeña membrana, que destruimos cuando lavamos el huevo.
Por lo tanto, si lavamos el huevo y lo dejamos reposar es mucho más probable que le entren bacterias que si lo consumimos en el momento.
El truco de sumergir el huevo
Hay quien dice que si metes un huevo en agua y éste flota, no se debe comer. Eso es verdad en gran parte, porque el huevo tiene en su interior agua y gases disueltos. Poco a poco, ese agua se va perdiendo por evaporación.
Por otro lado, el huevo también tiene una pequeña cámara de gases, que se va rellenando conforme va perdiendo agua, lo que hace que pierda densidad.
Por ello, si al meter un huevo en agua, este flota, significa que tiene una alta cantidad de gases.
¿Cómo saber si son huevos frescos?
El profesor Quevedo ha explicado en Buenos Días Madrid un truco para saberlo. Hay que fijarse en:
- La yema: si está descentrada significa que es probable que hayan pasado más días
- La clara: si pierde volumen (se aplana y se estira en el plato) también significa que han pasado más días
Por lo tanto, se sabe que un huevo es fresco porque la yema está más centrada y la clara más compacta.