El descuartizador de Valdeomoro acabó con la vida de Belén, de 18 años, en el sórdido y macabro escenario de su casa, el chalet del que era okupa.
Telemadrid ha tenido acceso a imágenes del interior de la casa del 'carnicero tatuador', un auténtico museo de los horrores que evidencia la fascinación por la violencia del presunto asesino.
Calaveras, catanas, hachas, máscaras de diablo, maniquíes desmembrados, muñecos y escenas de tortura y todo tipo de objetos, cuadros y posters de claro sadismo. Todo ello compone el macabro escenario de la casa de Leandro.
La víctima, Belén, era hija de un guardia civil y conoció al descuartizador probablemente al hacerse un tatuaje. Se investiga ahora cómo acabó en su casa. Este miércoles ha sido enterrada en la intimidad, por deseo expreso de sus familiares.
Llevó a prisión una "tarjeta-navaja"
Leandro V.J. está ingresado en la cárcel madrileña de Valdemoro desde el domingo y el pasado miércoles trató de introducir en prisión en su cartera una tarjeta que se transforma en una navaja.
Fuentes penitenciarias han explicado a Efe que en la revisión de los objetos personales que se realiza a todo recluso cuando accede en prisión para determinar qué pertenencias puede quedarse el interno en su celda, los funcionarios revisaron su cartera.
Al abrirla descubrieron un doble fondo en el que el acusado ocultaba una tarjeta de plástico, del tamaño y aspecto de una de crédito que al apretar en un lugar determinado, despliega la hoja de una navaja de unos seis centímetros.
La tarjeta fue requisada sin problemas al acusado, que se encuentra interno en el módulo de enfermería de la prisión. La dirección del centro le ha aplicado las medidas previstas en el protocolo antisuicidios.
Confesó el crimen
Leandro V.J, de 27 años y nacionalidad colombiana, fue detenido tras confesar su crimen a su expareja que denunció los hechos ante la Guardia Civil, que acudió al lugar y le arrestó después de presuntamente arrojar el cráneo ensangrentado de una mujer a unos matorrales.
El 'carnicero tatuador' vivía en la casa en la que supuestamente mató y descuartizó a la joven, en la calle Francia de Valdemoro, desde hacía cuatro años, cuando la ocupó ilegalmente tras saber que la vivienda había sido embargada por un banco.