Marisol es la madre de una de las víctimas del 11-M, Abel, que en el día de su cumpleaños cogió el tren en el que la célula de terroristas de Al-Qaeda había puesto explosivos.
Ella ha querido este lunes realizar el mismo trayecto que hizo su hijo aquel trágico día y hace hincapié en que su hijo no falleció, "le asesinaron".
Sin embargo, evita las lágrimas porque no quiere que la gente que le vea se ponga triste, sino que defiende firmemente que hay que pasar página.
Marisol también cuenta en su testimonio el difícil proceso de aceptación que ha vivido en estos 15 años y se lamenta de la situación de precariedad que viven algunas asociaciones de víctimas.