La parroquia de San Ramón Nonato triplica el reparto de comida
Colas de personas que se concentran en la plaza buscando comida cada mañana a las 11
Los más vulnerables se pueden llevar las comidas a sus casas,
REDACCIÓN
La parroquia de San Ramón Nonato ha triplicado sus comidas a los más necesitados durante la pandemia. Han pasado de dar 225 a entre 800 y 900 comidas durante esta crisis del coronavirus.
El número de madrileños que necesitan alimentos para sobrevivir se ha multiplicado exponencialmente.
“Al principio venían indigentes o personas que vivían en la calle y dividíamos el comedor en tres o cuatro turnos de 50 personas y 100 en tuppers. Pero con el coronavirus todo ha cambiado” asegura Alberto, responsable de Cáritas sobre la situación previa a la pandemia.
Nuevos demandantes de comida
“Cada día nos vienen unas 15 o 20 personas nuevas, la mayoría no estaba en situación de pobreza extrema” asegura. Muchos han perdido sus ingresos a consecuencia de la pandemia o están en un Erte y necesitan ayuda para sus necesidades básicas.
Bocadillos y catering facilitado por una empresa y comida caliente que se elabora en la cocina del comedor y que los usuarios se llevan en tupper.
Cuando se decretó el Estado de alarma se plantearon el cierre pero las necesidades habían aumentado en el barrio, Vallecas. Intentan adaptarse a las condiciones de las familias. Si hay niños pequeños, prima la comida de la cocina.
Al párroco, José Manuel Horcajo le preocupa el futuro porque cada día hay gente nueva pidiendo ayuda.
Colaboración de los vallecanos
Por eso decidieron continuar cocinando y que los más vulnerables se pudieran llevar las comidas a sus casas, tanto que se vieron desbordados. Han puesto en marcha una campaña de donativos.
En estos tiempos difíciles necesitan más que nunca a la gente del barrio, para recolectar tuppers, fiambre para los bocadillos y material como papel de envolver, bolsas para la entrega.
Además de todo lo necesario para la higiene en los tiempos de pandemia tipo alcohol, lejía, amoniaco, guantes, mascarillas y papel higiénico.
Para ellos es un milagro contar con unos 40 voluntarios ayudando entre cocina, reparto y transporte.
Bomberos Sin Fronteras les llevan productos de Mercamadrid y del Banco de Alimentos.