Han pasado ya dos meses y dos días de la terrible explosión de gas en la calle Toledo, el pasado 20 de enero. Cuatro personas perdieron la vida y hubo cuantiosos destrozos en el edificio parroquial, las viviendas, y el colegio colindante, el de La Salle La Paloma, pero por fin sus alumnos vuelven a las aulas.
Todo está preparado para que recuperen su actividad diaria. La directora del colegio la Salle La Paloma, Visitación Salazar, manifiesta a Buenos Días Madrid que “los niños tenían ganas de volver a su ‘casa’, a sus aulas. Los niños querían recuperar su clase y ahora tienen mucha alegría por el reencuentro y mucha ilusión por estar en su clase, en su sitio. Ahora estamos muy contentos de reencontrarnos todos”.
Alumnos con ramos de flores
Salazar comenta que “aún no se puede usar el patio, ni parte de la zona de baños aún por arreglar, aunque pronto estará lista”.
Para celebrar la vuelta a su colegio, todos los alumnos han acudido a clase este lunes con ramos de flores en las manos y con mucha ilusión de reencontrarse en su colegio. Un padre dice que su hija tenía muchas ganas de volver y que está muy contenta.
La explosión se produjo en el número 98 de la calle de Toledo, en un edificio que es propiedad del Arzobispado de Madrid. Al patio del colegio cayeron muchos cascotes y la onda expansiva provocó la rotura de ventanas de aulas que daban a esta parte del edificio.
El pasado 1 de febrero los niños del colegio volvieron a las clases presenciales en las instalaciones de la Universidad Carlos III, ubicadas en la Puerta de Toledo.
En el accidente fallecieron cuatro personas: el sacerdote Rubén Pérez Ayala, su amigo David Santos, un feligrés que fue al edificio a intentar ayudar después de que la calefacción dejara de funcionar y detectara olor a gas; Javier, un albañil de de La Puebla de Amoradiel (Toledo) que trabajaba en el edificio de enfrente, y Stefko Ivanov, de nacionalidad búlgara y que en ese momento estaba en la calle.