En Callejeando no podía faltar el recorrido por la Gran Vía, la calle más importante de la ciudad y una de las más importantes de España. Hasta allí nos ha llevado el presentador Óscar Martínez.
Junto a él hemos disfrutado de las maravillosas vistas que ofrece la Gran Vía en ‘Tuk-Tuk’, de las fachadas de sus elegantes edificios, de sus conocidos teatros, cines y plazas y sobre todo de su gente, en todos lados y por todas las calles circundantes.
Porque si algo es sinónimo de Gran Vía es vida. La calle está repleta de actividades culturales, de ocio y por supuesto de las personas que disfrutan de todo esto. Aunque, toda esta vitalidad se ha convertido en una moneda de dos caras, porque como señala Rubén Amón, uno de los problemas de la Gran Vía, fruto del bullicio y del turismo que recibe, es que apenas hay madrileños que vivan en la famosa calle.
Como afirma Ramón, “cuando los madrileños no habitan la ciudad, el barrio pierde su alma. Y ese es uno de los problemas que tiene la Gran Vía del año 2022”.
Es estilo arquitectónico, los rascacielos y su gran oferta cultural
Gran Vía es mucho más que cientos de personas andando por sus calles, abarrotándolas, llenando todo tipo de espacios y generando un bullicio que bien podría ser su propia banda sonora original. Si te paras en mitad de la calle y echas la vista hacia arriba y te fijas en las fachadas de los edificios, descubres la belleza de la que uno se rodea.
Como nos ha contado Rubén, el estilo que predomina es el eclecticismo y la inspiración de la avenida y la disposición de sus edificios, se encuentra en Nueva York. La semejanza con la ciudad neoyorquina de los años 30 es tal, que, hasta Woody Allen, quien ha encontrado en Manhattan a su auténtica musa, vino a Gran Vía a rodar unos planos para una película suya.
Una de las razones de por las que guarda tal parecido son los rascacielos, de los principales hemos hablado con Carlos Lamela. ¿Sabías que la primera llamada transoceánica se hizo desde el edifico Telefónica? Sin duda uno de los edificios insignia de la calle.
Y si uno se detiene a mirar aún más detenidamente la calle, se dará cuenta de que, en muchos de estos edificios emblemáticos, no solo hay tiendas comerciales a nivel internacional, también se encuentra una amplia oferta cultural que abarca desde cines, a teatros pasando por el Palacio de la Asociación de la Prensa de Madrid.