¿Recuerdas cuál fue la primera película de Disney que viste? ¿Blancanieves y los siete enanitos? ¿La Cenicienta? ¿Bambi? Probablemente has pensado en ellas por ser las más antiguas, pero, ¿sabrías decir cuál fue la primera princesa de Disney? Te damos una pista, su primera aparición se remonta al año 1934. Para la creación de la princesa, Disney, se inspiró en el mito griego de Perséfone. Que, ¿estás preparado para destronar a Blancanieves? La primogénita de las princesas Disney, fue la Reina de la Primavera.
Aunque muchos no lo crean antes que la imprenta, antes que las matemáticas, antes que la rueda, ya existía el matrimonio. Los primeros documentos se remontan al 4.000 a.C. en la antigua Mesopotamia. El contrato se recogía en una tablilla con martillo y cincel. ¡Vaya gracia le tenía que hacer al escriba como se casasen más de una pareja al día! Desde las primeras civilizaciones hasta nuestros días, los matrimonios han cambiado mucho y hoy día existe el divorcio en la gran mayoría de países.
¿Te has preguntado alguna vez, cuantos pueblos de España tienen el mismo nombre o parecido? Seguro que tu pueblo, tiene algún tocayo por España, aunque, con diferente apellido. Tal es el caso de los pueblos que comienzan por ‘Nava’. Tenemos ‘Navalcarnero, ‘Navalagamella’, ‘Navalacruz’. Nava se refiere a un terreno llano, muchas veces pantanoso, que se ubica entre montañas. En el caso de ‘Navalcarnero’, su nombre proviene de la unión de Nava más carnero, el animal que criaban los pastores que allí habitaban.
Todo el mundo conoce el Rastro de Madrid, pero alguien se ha preguntado alguna vez por qué se llama así. La explicación a su nombre se encuentra en su origen mismo (en estos tiempos la originalidad no estaba muy de moda). Los animales que se sacrificaban en el matadero eran llevados hasta la calle de la Ribera de Curtidores –donde se ubica el Rastro-, para ser vendidos. Las piezas –frescas por supuesto-, dejaban el rastro de sangre por el camino hasta llegar al mercado. De esta manera, las personas podían seguir el rastro hasta el lugar, donde finalmente acabaron instalándose allí otros comerciantes a vender sus productos.