Isabel Gemio (1961, Alburquerque, Badajoz) se puso por primera vez delante de un micrófono de radio a los 15 años y allí descubrió su pasión por comunicar. Un enamoramiento que sigue intacto años depsués. Mujer comprometida, dedica todo su esfuerzo a remover conciencias en la lucha contra las enfermedades minoritarias y se ha convertido en la voz de muchos afectados.
Ahora todo el mundo reconoce su apellido, pero Isabel Gemio ha recordado cómo cuando empezó en la radio catalana tuvo que cambiar su apellido por Garbí, pese a que su padres "no podían entender por qué tenía que cambiarme el apellido".
Mujer exigente en el trabajo, perfeccionista, reconoce que "cada uno somos esclavos de nuestro caracter y nuestra forma de ser". De hecho, agradece esa fortaleza que tiene y que tanto le ha ayudado en momentos complicados de su vida. Isabel Gemio es la abanderada de las enfermedades minoritarias y desconocidas, a las que intenta dar toda la visibilidad posible para concienciar a la gente. La presentadora ha recordado uno de los momentos más duros e íntimos de su vida, cuando los médicos sin mucha información y poca delicadeza le comunicaron que su hijo sufría una distrofía muscular degenerativa. "Después de año y medio de pruebas, tienes esperanza de que haya sido un error. A tu niño no le va a tocar...", cuenta. De toda esta experiencia asegura que: "He aprendido a no dar importancia a aquello que no lo tiene".
La presentadora ha hecho especial hincapié en el coste que supone para una familia tener que atender a un enfermo con estas patología. "Hay que dedicar entre el 20% o 30% de lo que se gana en una familia de clase media", segura. Ha explicado cómo hay que adaptar la casa, el coche, la ayuda que se necesita 24 horas al día, etc. Reconoce que: "Yo soy una afortunada porque puedo permitírmelo".
Pese a que han pasado ya 18 años desde que a su hijo le diagnosticaron la enfermedad, reconoce que: "Todavía me cuesta mucho hablar de él sin llorar" algo que no quiere, sobre todo por las madres y padres que se encuentra en su misma situación, porque Isabel Gemio es muy consciente de que: "Tienen el mismo dolor, pero la vida mucho más complicada que yo".
También ha hablado de su hijo Gustavo, al que adoptó hace 16 años. "Para mi, no hay diferencia entre mis hijos", afirma. "Yo soy su madre y él es mi hijo", sentencia. Ha contado que a su hijo no le interesa saber ni conocer nada de su pasado.
Cristina Tárrega ha querido adentrarse en sus creencias y al preguntarle si creía en Dios, Isabel Gemio ha asegurado tajante que: "No, para mi desgracia no". Dice que le gusatría creer para poder comprender la enfermedad de su hijo. "Lo he intentado y me he acercado a muchas religiones".
Si hay un tema que no le gusta tocar a Isabel Gemio es su relación con Jorge Javier Vázquez, con el que ha tenido duros enfrentamientos tras las críticas de Gemio cuando otorgaron el Ondas al presentador. Reconoce que no se han sentado a hablar del tema, pero afirma que: "Cada uno es dueño de sus actos" y tiene muy claro que: "Jamás me obligarían a hacer algo que fuera en contra de mis principios". Tiene claro que quien la conoce sabe cómo es y que no guarda "ningún rencor"
Aunque no ha querido entrar a hablar de la relación que mantiene con Nilo Manrique, padre de su hijo, cree que la gente sabe perfectamente "qué ha hecho uno y qué ha hecho otro, de qué vive uno y de qué el otro", asegura.
Cristina Tárrega le ha preguntado por la relación con algunos de sus compañeros como: Carlos Herrera, Julia Otero, Luis del Olmo, etc. con los que guarda además de grandes recuerdos una buena amistad. Al hablar de política reconoce que le gusta Pablo Iglesias y la preparación intelectual que tiene. Asegura "no temer a los cambios" porque considera que "siempre son para bien".