Juan José Padilla (Jerez de la Frontera 1973), aunque un toro le mutiló no le quitó las ganas de ser el mejor torero de España. Muchos le dieron por acabado tras la cornada que le cambió la vida. Sin embargo, unos meses después volvió a enfrentarse a un enemigo de 600 kilos. Padilla perdió el ojo en una fatídica tarde en Zaragoza, pero ganó la admiración de millones de españoles. Hijo y hermano de banderilleros, Padilla no tiene ninguna duda de que: "El torero nace"
No se puede hablar con un torero sin hacer referencia a Madrid y es que como dice Padilla "de Madrid al cielo". Este torero conoce bien la complicación que supone torear en Las Ventas, porque es una plaza "difícil con un público muy exigente". Al hablar de sus hijos, confiesa que a su hijo Martín, de 9 años, le tira más el fútbol que el toreo. Sin embargo, Paloma, de 11 años, "es ya una gran aficionada" y no se pierde una corrida de su padre. Padilla asegura que no le da miedo que su hija le vea torear, pero sí "que vea un percance grave o la muerte de su padre", asegura.
"El toreo se siente de verdad, se sufre de verdad y se muere de verdad", afirma Padilla quien es consciente del riesgo que corre y de que: "Cualquier tarde me puedo ir".
Juan José Padilla recuerda perfectamente la tarde en Zaragoza en la que estuvo a punto de perder la vida. Al rememorar cada momento de la corrida, afirma que pensó que el toro le podía "pegar una voltereta", pero jamás tener una cogida "tan tremenda". Al llegar a la enfermería "sentía que me iba", recuerda y reconoce que si no hubiera sido por la labor del doctor Val Carreras y el trabajo del equipo que le operó durante seis horas en el Hospital Miguel Servet "hoy no estaría aquí". Cuando Cristina Tárrega le pregunta si merece la pena, la respuesta del torero es tajante: "Sí, siempre"
Tras estar tan cerca de la muerte y perder la visión del ojo izquierdo, unos meses después, Juan José Padilla volvió a ponerse delante de un toro y triunfó en el cierre de la Feria de Olivenza.
Su mujer Lidia lleva a su lado desde hace 16 años. Al hablar de su mujer la define como "el universo de mis sueños, dentro y fuera de los ruedos", pero afirma que "Ni ella me debe nada ni yo a ella, porque todo es por amor"