La tensión se palpaba desde la noche anterior. Aficionados del Bursaspor tiraron fuegos artificiales en el hotel del Amedspor. En el calentamiento previo al partido, los jugadores turcos se enzarzaron con los del equipo contrario, de origen kurdo.
Un enfrentamiento por cuestiones raciales que se trasladó a las gradas. Desde donde tiraban objetos al césped, incluso con tirachinas. Una vez iniciado el partido, los visitantes tenían que sortear las botellas que les lanzaban.
Alguna llegó a alcanzar al propio portero y para abandonar el césped, los antidisturbios escoltaban a los kurdos. La presidencia del Bursaspor ya ha condenado los ataques: "Quisiéramos manifestar que estamos en contra de tales acciones, no aceptamos tal comportamiento bajo ninguna circunstancia, condenamos estas provocaciones y actos de violencia. Anunciamos al público que aplicaremos la ley". Siete personas ya han sido detenidas.