Ataviado con un gorro blanco y con un optimismo que asusta, Carlos Alcaraz se encargó de despejar las incógnitas respecto a su estado físico: "Estoy bien, sin ningún dolor", comentó el español en su primera ronda en Wimbledon, después de los nubarrones que han rodeado su preparación para el torneo y que han puesto el punto de mira en su aductor derecho, dañado en Queen's.
A media mañana, en la pista 1 del Aorangi, Alcaraz saltó las alarmas al descubrirse un vendaje en su pierna derecha. Junto a su fisio, Juanjo Moreno, el español destapaba lo que era prácticamente un secreto a voces: algo ocurría con el estado físico de Alcaraz, que estaba entre algodones y estiró su primer entrenamiento en el All England Club hasta el viernes.
Mientras Novak Djokovic repetía la final de 2013 con Andy Murray, en un entrenamiento con muchos quilates de calidad, Alcaraz se ejercitó viernes y sábado con Adam Jones, sparrind del torneo y ubicado más allá del puesto 1.000 del ránking. En lugar de entrenarse con otro jugador del torneo, Alcaraz escogió la opción del hitting partner. Como ellos mismos relatan, hay dos razones para ello: o quieren tener la práctica muy controlada o existe algún problema físico.
El vendaje en el muslo confirmaba la segunda teoría, pero la intensidad mostrada por el español, en su primer entrenamiento con un jugador, Emil Ruusuvuori, junto a sus declaraciones, espantan el problema:
"El vendaje es solo precaución. Me siento bien. Con confianza para lograr un buen resultado. No tengo ningún dolor", comunicó el español, que ahora tendrá que trasladar esas sensaciones a la pista y seguir en la buena inercia competitiva de Queen's, cuando ganó por primera vez en su carrera un título en hierba y cogió rodaje suficiente para el tercer Grand Slam del año.
"Empecé Queen's sin expectativas de ganarlo, y me lo llevé. Fue genial poder estar a ese nivel. Gané mucha confianza. Ahora llego a Wimbledon con mucha confianza y confiando en que puedo lograr un gran resultado aquí", aseguró el murciano, que aun así es consciente de quién es el gran candidato a ganar.
"Obviamente, el gran favorito es Djokovic. No hay duda, pero mis expectativas son altas. Creo que podré meter presión a los otros jugadores, incluso a Djokovic", apuntó.
El punto de inflexión será este martes, en la pista central, donde se medirá al francés Jeremy Chardy, un jugador semiretirado que está ante el último torneo de su carrera deportiva. Será el segundo partido de Alcaraz en la Catedral tras la derrota ante Jannik Sinner del año pasado.
"No he visto todavía la central este año. No he estado dentro, no he tenido la ocasión. He vivido en el Aorangi (pistas de entrenamiento), pero soy un chico que aprende rápido. Aprende rápido de las vivencias que ha tenido y creo que lo del año pasado, que me impactó mucho, no creo que me pase otra vez, por ya saber cómo gestionarlo", puntualizó el número uno del mundo.