El madrileño Carlos Sainz (Audi) aprovechó un error en la navegación del francés Sébastien Loeb (Prodrive) para estirar su ventaja sobre el galo hasta los 25 minutos y seguir liderando la general del Rally Dakar, tras una octava etapa dominada por el sueco Mattias Ekström (Audi) y en la que se retiró el catarí Nasser Al-Attiyah (Prodrive), vigente campeón.
Sainz terminó cuarto, a apenas 6 minutos y 13 segundos de Ekström, y cinco minutos y 47 segundos por delante de Loeb, que tras rehacerse de un pinchazo en el primer tramo de carrera, se perdió a falta de unos setenta kilómetros, desperdiciando diez valiosísisimos minutos de cara a la pugna que mantiene con el madrileño en la general.
Y es que el duelo entre ambos se recrudeció después de que Loeb ganara la séptima etapa este pasado domingo y recortara más de diez minutos en la general a Sainz.
Además, la avería mecánica de Ekström dejaba a Sainz y a Loeb solos para decidir quién será el campeón del Dakar el próximo viernes. Y Loeb parecía querer recortar más distancias sobre un consistente Sainz.
Pese a pinchar al inicio de la etapa, aventajaba al madrileño por algo más de tres minutos tras doscientos kilómetros de la prueba.
Pero, como comentó Sainz en la jornada de descanso, cuando arriesgas, "al final tarde o temprano el Dakar te acaba atrapando" y finalmente ese error en la navegación que le hizo perderse terminó por dilapidar las opciones de victoria de etapa y, sobre todo, de acercarse más a su excompañero de equipo en Citröen hace dos décadas.
El madrileño, precavido, supo gestionar los riesgos de la etapa y acabó cuarto, cerca tanto del francés Stéphane Peterhansel (Audi) como de Ekström, ganador de la etapa.
El sueco se llevó el triunfo de la etapa, la segunda victoria de esta edición, con un tiempo de 3 horas, 16 minutos y 15 segundos, y lo hizo además justo un día después de decir adiós a sus opciones de la victoria general tras una avería en la suspensión de su vehículo que le hizo perder cuatro horas.
Sin embargo, tras haber arreglado el problema, el de Audi se recompuso de esa decepción este lunes para dominar la etapa y quedar por delante de Peterhansel, segundo, y del francés Guerlain Chicherit (Overdrive Racing), tercero.
Le fue bien a Audi en esta octava etapa, a cuatro jornadas de que acabe el rally, y que tuvo un tramo cronometrado de sólo 279 kilómetros, puesto que "por motivos de seguridad" ASO, promotora del evento, recortó la distancia de la prueba de los 460 iniciales.
Al-Attiyah dice adiós
Al que no le fue nada bien la jornada de este lunes fue a Al-Attiyah, cinco veces ganador de la prueba y que buscaba conseguir su tercer título consecutivo. El catarí tuvo que abandonar la carrera al romper el motor de su vehículo Hunter en el kilómetro 62 y ahora faltará saber si se reenganchará mañana para ayudar a Loeb o se retirará definitivamente de la carrera.
Al-Attiyah no tuvo suerte en los últimos días, pues a la avería que sufrió el pasado sábado en la sexta etapa y que le hizo perder las opciones en la general se le unió esta rotura de motor, lo que le obligó a abandonar la carrera.
Esta octava etapa conectó las ciudades saudíes de Ad Duwadimi y Ha'il en una especial que se quedó en 279 kilómetros cronometrados, tras ser recortada por "motivos de seguridad", según informó la organización, que resaltó que la jornada recorrió arena, dunas y pista rápida.