Apenas once minutos duró la paciencia de Cristiano de Ronaldo. Tras reclamar una falta en la frontal, se va a por el colegiado chileno Piero Maza.
Su protesta furibunda se salda con tarjeta amarilla. La afición corea su nombre, pero la explosión del portugués llega en el tiempo añadido: Al Nassr se adelanta con un gol de Talisca.
El VAR llama al árbitro para advertirle: Ronaldo podría estar en fuera de juego. Gol anulado ante la indignación de CR7, que reclama penalti por agarrón. Y para empeorarlo todo, la recreación digital del VAR equivoca las camisetas y las muestra al revés, la de Cristiano es verde y la de su marcador azul.
El VAR daltónico acaba de desquiciarle: pide con claros aspavientos el cambio, no el suyo, sino el del árbitro, por incompetente...
Y para colmo, la afición rival corea el nombre de Messi. A callar dice Cristiano Ronaldo. Y lo harían en la prórroga, con un gol de Mané que les clasifica para cuartos de Copa. Se encara con la grada y acaba el partido con una irónica despedida.