El Real Madrid se reencontró con el triunfo en el Santiago Bernabéu mes y medio después, gracias al regreso de Zinedine Zidane y un regreso a la fórmula del éxito, tirando de la vieja guardia, alterando el orden de la portería y encontrando respuesta en los señalados Marcelo, Isco y Gareth Bale.
Regreso a la fórmula del éxito
Del once que conquistó la última Champions en Kiev al que derrotó al Celta de Vigo se repitieron hasta ocho futbolistas. Y no fueron diez por la lesión de Carvajal y la sanción de Casemiro.
Zidane tiró de los jugadores que le condujeron al éxito en su primera etapa. Tiró de galones y respeto a jugadores que estaban señalados, que respondieron dando lo máximo que tenían, condicionados por la falta de ritmo competitivo ante la falta de minutos con Santi Solari.
El resultado fue más pegada que fútbol pero un triunfo cómodo como hace tiempo no firmaba el Real Madrid.
Cambio de estatus en la portería
A Zidane no le importó que Thibaut Courtois fuese un fichaje de club al que tanto Julen Lopetegui como Solari le diesen la titularidad y pasasen a un rol de suplente a Keylor Navas.
Su portero es Keylor Navas y lo volvió a demostrar como el día que frenó el fichaje de Kepa. En su mente está rotar, pero de inicio tuvo un gesto con el costarricense, que se cansó de la falta de oportunidades este curso y demostrar buen nivel cuando las tuvo sin que le sirviera de nada.
Respondió a su técnico con una parada salvadora, repleta de reflejos y rapidez de reacción ante el remate a bocajarro de Maxi. "Zidane habla a la cara", dijo Keylor tras su buen partido, dejando la portería a cero del equipo cuatro días después y un mensaje a Solari.
Isco, del desprestigio al gol
La guerra que mantuvo con Solari acabó provocando una caída de la imagen de Isco. No era titular en LaLiga desde el último partido de Lopetegui, el 28 de octubre en el Camp Nou.
Zidane llegó y lo puso a jugar. Alejado de un buen tono físico, el malagueño lo intentó siempre, pidió el balón y la responsabilidad. Acabó encontrando el premio del gol que no marcaba en la competición doméstica en seis meses.
De tener que ser uno de los referentes del equipo ante la salida de Cristiano Ronaldo, pasó a estar instalado en el banquillo y la grada. Protagonista de actos de indisciplina y expediente. Nada de eso le importa a Zizou que apuesta por el fútbol y por recuperar a una estrella que había dejado de brillar.
Primera asistencia de Marcelo
Ha tardado toda la temporada en llegar pero el brasileño dejó su primera asistencia y no salió señalado de un partido que jugó como titular.
La derrota ante el Girona lo sentenció para Solari pero Zidane no permitió que uno de sus grandes referentes quedase señalado.
Le dio los 90 minutos en un partido en el que se rebajó el nivel de sufrimiento defensivo de Marcelo, lo que permitió que se liberase en ataque y dejase muestras de calidad.
Le falta ritmo de competición pero volvió a ser arma ofensiva del Real Madrid, a dejar conexiones repletas de calidad técnica y algún centro peligroso desde el costado izquierdo.