Zinedine Zidane se aventuró el día de su despedida como entrenador del Real Madrid que "este equipo debe seguir ganando y necesitaba un cambio. El equipo necesitaba otro discurso y otra metodología de trabajo".
Auguró Zidane que "si no veo las cosas tan claras como yo las quiero, pienso que es mejor cambiar y no hacer tonterías".
Lo que 278 días después se ha cumplido. "Conmigo hubiese sido complicado ganar el año que viene. No quiero acabar mal. Quiero terminar cuando todo va bien. Ya lo hice como jugador. No veo tan claro seguir ganando y hay que hacer un cambio", decía el entrenador francés.
Fin de un ciclo glorioso
El fin de un ciclo glorioso que empezó y acabó con él. “Hay etapas en la vida en que uno debe saber cuándo parar. Lo hago por el bien del equipo”, señaló Zinedine Zidane.
La pieza que precipitó esta caída en picado fue la marcha de Cristiano Ronaldo, que pilló al madridismo desprevenido, pero también a la cúpula, que en ese momento tenía que responder ante las dos bajas.
Ni Lopetegui ni Solari han sido la solución
Julen Lopetegui fue el elegido para suceder al técnico francés y Mariano como el nuevo goleador. Ninguno cuajó. A Lopetegui la felicidad duró apenas unos meses y para Mariano, la falta de confianza de los técnicos fue su cruz.
La llegada de Santiago Solari se tradujo en un revulsivo. Estaba convencido de su planteamiento, pero las piezas no terminaron de encajar. El Real Madrid vio el precipicio tras su adiós en la Copa del Rey tras caer con el Barça y se lanzó a él con la eliminación en la Liga de Campeones ante el Ajax.