Rafa Nadal llegó a la Real Casa de Correos rodeado de tantas flores como títulos en su palmarés. 20 Gran Slam, 35 Masters 1000, 13 Roland Garros.
Rafa está en Madrid. Rafa es Madrid y le queda un largo camino de saludos por delante. No Rafa, no te sientes, todavía no. Por fotografías que no sea.
Ahora sí. Rafa se sienta. No sólo se trata de recibir la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo de la Comunidad de Madrid. Hay algo más importante, recordar a "todas las víctimas de esta terrible pandemia" y aunque ha dicho que se trata de algo que afecta a todos de una manera u otra ha querido mandar un "mensaje de ánimo" especialmente a las familias que han perdido algún ser querido.
También ha dedicado unas palabras a todo el personal sanitario y en particular al de Madrid, porque "fueron los más castigados en la primera oleada de la pandemia en España", y ha hecho "un reconocimiento también a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".
"Estoy convencido que España hará lo que siempre supimos hacer, que es salir adelante en las circunstancias más duras y difíciles. Siempre lo hemos hecho y estoy convencido que esta vez no será una excepción", ha agregado.
Momento para la condecoración. Un aplauso. Le abruma el momento y se quita la mascarilla para dar las gracias. Sólo Rafa Nadal es capaz de pensar en esos detalles. Y en no tirarse ni un solo piropo en su discurso. Y sí, en repartirlos.
"Aquí en Madrid se apoya a todo el deporte. En esta época que sigue siendo dorada para el deporte español, creo que es justo decir que todos debemos mucho a la Comunidad de Madrid que siempre ha estado con todos nosotros", ha agregado.
La humildad del campeón no se olvida de nadie. El ídolo se acerca a los niños. Rompe el hielo con la actualidad. Les vacila y les aconseja. Palabra de maestro. Y miradas de alumnos, que ante la leyenda no saben que decir al principio y acaban recordándolo todo.
Agradecido a todos
A Rafa le quedan aún unas cuantas fotos. No evitará ninguna. No parará de dar las gracias. No se quiere ir, como de los partidos que tantas veces terminó ganando cuando sólo él creía e la victoria. Nadal, nos enseñó a no tirar la toalla.
Queda la firma en el libro de honor. Y salir al balcón en una mañana fría que solo un número uno puede calentar un poco. No Rafa. Las gracias te las damos nosotros a ti.