Kylian Mbappé nos desvela su idea del fútbol. Una idea que encaja a la perfección en el madridismo. "Para hacer historia no solo cuentan las estadísticas; también hay que crear emoción", señala el internacional francés.
Emoción que levante al público de sus asientos: espectáculo en definitiva, exhibir su talento pero siempre al servicio de los éxitos colectivos. No importan las estadísticas individuales: "Al final me pregunto, ¿merece la pena marcar 50 goles si no ganas títulos? Pues no, prefiero marcar menos goles, dar más asistencias y ganar la Liga y la Champions".
En la temporada pasada anotó 42 goles y dio trece asistencias. Promedió casi un tanto por partido (audio gol) en la presente temporada su juego es más solidario. Lleva 13 goles, pero ha subido hasta 15 asistencias, dos más que en toda la pasada campaña.
"Los rivales piensan: Kylian es el goleador del equipo, va a tirar a puerta; pero puedo elegir dar una asistencia, no solo para complacer a un compañero, sino también para demostrar que soy imprevisible", destaca Mbappé.
Ser imprevisible es una característica del genio; otra es el liderazgo: y no es tarea sencilla en un vestuario con múltiples nacionalidades y plagado de estrellas.
"En el vestuario intento relacionarme con todos, para eso hablo varios idiomas. Esto lo hace todo más fácil; además, llevo aquí mucho tiempo y ya soy uno de los líderes del vestuario", concluye Mbappé.